El proyecto también ha incidido en la relación cordial que las grandes superficies acristaladas establecen entre la casa y su entorno. En la planta baja, los ventanales proporcionan una sensual relación con el jardín, mientras que la primera planta ofrece una experiencia más individual con el disfrute de las lejanas vistas enmarcadas por las ventanas a modo de cuadros colgados en la pared. En el volumen de madera, el balcón retirado actúa como un parasol, enmarcando la puesta de sol en el campo.
En el interior, la casa se ha proyectado como una sucesión de espacios agradables y neutros, donde resalta el intenso color morado de la pared de la escalera o el negro de la pizarra natural con que se ha pavimentado parte del suelo. El espacio se ha distribuido de forma tradicional, sólo dejando –en la planta baja- que la cocina, el salón y el comedor permaneciesen abiertos. En este mismo nivel también se han dispuesto el garaje, la habitación de invitados, un baño, un aseo y una habitación de servicio.
Información e imágenes facilitadas por Platform 5 Architects
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