Suntro House es una casa minimalista de gran belleza, situada en una zona residencial de la turística población de Oaxtepec (México), un entorno natural de ensueño con las pendientes naturales del cerro de Tepozteco hacia el norte y la carretera que conduce a Haciendas de Yautepec, al sur. El arquitecto Jorge Hernández de la Garza adecuó su diseño a este entorno, con el fin de aprovechar todos los recursos disponibles y obtener las mejores vistas.

Frontalmente, la casa aparece esbelta y ligera, como si estuviera formada por un solo volumen blanco que flota sobre la zona del salón-comedor. Esta sensación va cambiando conforme se van recorriendo las diferentes perspectivas y los planos van formando volúmenes y vacíos, que son el resultado de un controlado experimento formal.

El interior de la vivienda se ha proyectado para que cada estancia disfrutara de la mejor ubicación posible dentro de una piel continua y, de esta manera, obtener el mejor soleamiento, pero también para conseguir que el aire fluya durante el verano y paliar el intenso calor que caracteriza a esta zona.

Tanto dentro como fuera de la casa, los espacios son amplios y agradables. Ambas zonas comparten un suelo de hormigón, que se extiende hacia las áreas abiertas, acentuando la continuidad entre los interiores y los exteriores, y permitiendo a sus habitantes moverse dentro de un ambiente fluido y sin obstáculos.

La organización de las plantas se lleva a cabo mediante una clara división en sentido horizontal, situando en la planta baja las áreas públicas y de recreo, y en la planta alta los dormitorios, conectados con el nivel inferior por una circulación interior-exterior. En las habitaciones, el armario cumple una triple función: zona de almacenamiento, para proporcionar luz indirecta y acceso al baño.

El amplio espacio abierto, que une el comedor y la sala de estar, ofrece una total apertura al exterior. Situado en el mismo nivel que la terraza, se extiende hasta el final de la piscina, ampliando el espacio si el clima lo permite. El estilo ordenado del entorno doméstico es respetado por los muebles blancos de líneas depuradas que complementan el flujo lineal de la casa. En el jardín, junto a la piscina, el mobiliario de la firma española Gandia Blasco, proporciona el complemento perfecto, creando una sensación de equilibrio y de paz.

La piscina, revestida con teselas de intenso color azul que contrastan con el blanco de la casa, fue construida aprovechando el desnivel que presentaba el terreno. Así, ésta quedó a nivel de calle mientras que la casa quedó medio nivel por debajo de la acera de la calle.

En consonancia con la simplicidad de las líneas exteriores, el interior de la casa enfatiza el carácter escultural del edificio, utilizando elementos de diseño contemporáneo y obras de arte de varios artistas como las pinturas del mexicano Víctor Reyes y las esculturas de Alfonso Magaña.

Información e imágenes facilitadas por Jorge Hernández de la Garza