El diseñador Iván Cotado se planteó en este coqueto y reducido apartamento de 28 m2, situado en el barrio madrileño de Malasaña, si el tamaño podía, o no, condicionar el disfrute de una vivienda. La conclusión basada en la verdadera utilización de las tres dimensiones y en diseñar espacios con doble funcionalidad es obvia: “El ingenio no requiere de metros cuadrados, sino de buenas ideas.”

La propietaria buscaba una vivienda totalmente adaptada a sus gustos y forma de vida, situada en pleno centro de Madrid. De ahí, que la primera visita a un inmueble, en el barrio de Malasaña, no le asustase a pesar del estado de abandono y deterioro en que se encontraba. Era consciente que entre la amplia oferta de viviendas “terminadas” y estandarizadas jamás encontraría algo que le encajase al 100%, de ahí que en todo momento visitase apartamentos “para reformar”, no importándole el estado original del mismo, sino las posibilidades de cara al futuro proyecto de reforma/acondicionamiento y su situación en la ciudad.  «En nuestra primera visita comprobamos la buena predisposición del espacio en cuestión a pesar de sus reducidas dimensiones (28 m2) para lo que ella deseaba.»

El espacio es un contenedor de geometría rectangular y 3,30 metros de altura, al que se accede por un pasillo totalmente desproporcionado para las dimensiones del inmueble, con 8 metros de largo y solamente 80 cm de ancho. La fuerte presencia del mismo a nivel de planta, hizo que se tomase la decisión de obviarlo en todo momento, puesto que no era aprovechable para alguna otra cosa que no fuese la de paso. Una vez que se alcanza la zona de vivienda propiamente dicha, se puede independizar del pasillo mediante la continuidad de una línea de cortinas que, a su vez, tamizan la entrada de luz natural desde el patio del edificio al interior de la vivienda.

En la parte central de la vivienda y zona de día confluyen salón-comedor y cocina, aunque cada estancia cumple una doble función, en contra de lo que suele ser habitual. Como se dispone de muy poca superficie, el mobiliario de la cocina también es el mobiliario del salón. La mesa de comedor oculta la cocina cuando ésta ha dejado de usarse y, a su vez, no ocupa el espacio que en ese momento se disfruta para otro menester.

En el proyecto, se ha compartimentado el espacio original en las mínimas piezas necesarias: baño y dormitorio. En esta última estancia, un cerramiento móvil, construido en vidrio translúcido con una guía superior oculta en el falso techo, ofrece grandes posibilidades: duplica/integra salón y dormitorio, a la par que facilita la entrada de luz natural al interior sin restar intimidad, gracias al material utilizado; o bien independiza ambos espacios cuando es necesario.

Como zona principal de almacenamiento, se ha diseñado un armario de dimensiones considerables que alberga en uno de sus laterales un pequeño escritorio y zona de oficina. Rompiendo con la fuerte geometría predominante en el proyecto, unos troncos de árbol a modo de mesillas de noche introducen una pincelada orgánica y natural. La iluminación de las mismas se resuelve con lámparas de diferentes colores, en contraste con el blanco nuclear predominante, que se descuelgan desde el techo acentuando la elevada altura del mismo, uno de los puntos a favor del espacio original. En todo momento, «hemos luchado por convertir unos pocos metros cuadrados en metros cúbicos bien aprovechados, trabajando y pensando en volumen más que en superficie.»

Para el baño, se ha seleccionado un azulejo vítreo de 2×2 cm que convierte las paredes en pavimento con un simple giro a modo de media caña. Asimismo, los sanitarios están suspendidos, dejando la superficie del suelo totalmente libre y sin rincones gracias a la geometría generada, todo ello en beneficio de la higiene y comodidad en cuanto a limpieza del espacio, siendo ambas variables de gran importancia para el diseño de la estancia. En la parte superior y de forma perimetral, se ha dispuesto un cerramiento en el mismo vidrio translúcido del dormitorio, consiguiendo, por una parte, la entrada de la ansiada luz natural y, por otra, una gran sensación de amplitud.

En definitiva, el volumen funciona y se organiza en base a su uso, siendo el orden y la ambigüedad de elementos las armas que se han utilizado para conseguirlo. Así mismo, la simplicidad de formas del mobiliario hace que las zonas no sean tan reconocibles por los elementos que tradicionalmente las identifican, tal y como pudieran ser una campana extractora o una placa vitrocerámica para reconocer una cocina o unas sillas alrededor de una mesa para reconocer un comedor.

«A pesar de la poca envergadura aparente del proyecto, ha sido un trabajo del que hemos aprendido y sacado muchas conclusiones positivas, demostrándonos a nosotros mismos que no siempre es cuestión de  metros y que, muchas veces, el trabajo a priori más humilde se puede convertir en un reto, que lo pequeño puede hacerse grande, que el ingenio e innovación debe estar siempre por encima de presupuestos. Pero, por encima de todo, hemos llegado a la conclusión de que en el mundo del diseño y la arquitectura… El tamaño no importa… ¿o sí?

Ficha técnica:

• Proyecto: Apartamento en Malasaña.
• Localización: Madrid (España).
• Interiorismo: Iván Cotado Diseño de Interiores.
• Año: 2010.
• Superficie: 28 m2.
• Texto: Iván Cotado Diseño de Interiores.
• Fotografía: Héctor Santos-Díez BISimages (www.santos-diez.com).

Sobre Iván Cotado Diseño de Interiores:

Iván Cotado Diseño de Interiores está formado por un equipo joven, homogéneo, multidisciplinar ampliamente experimentado y coordinado por el interiorista Iván Cotado que, tras una amplia experiencia en el mundo del diseño, funda su propio estudio en verano de 2005. Con sede en la ciudad de A Coruña, el estudio lleva a cabo proyectos en los sectores comercial, residencial, hostelería, sanitario… Algunos de ellos han sido publicados en destacadas publicaciones de diseño y arquitectura, y en medio online especializados.

Planimetría:

 Planta

Información e imágenes facilitadas por Iván Cotado Diseño de Interiores