El estudio belga Minus realizó la rehabilitación completa de esta residencia a la que convirtió en un espacio en blanco con algunos toques de color. La intervención conservó los volúmenes originales de la vivienda a los que se sumó una pequeña extensión en el jardín, que se ha transformado en un pequeño refugio en esta zona de la casa.
La estructura interior se sometió a una verdadera metamorfosis en la que los garajes pasaron a ser una oficina y una terraza cubiertas. El proyecto concibió las terrazas como una continuación de los espacios interiores.
La creación de un amplio eje central ha servido para ofrecer diferentes puntos de vista a través de los diversos espacios. Los habitantes de la casa disfrutan de una piscina que es visible desde todas las habitaciones.
La fachada blanca armoniza con el acabado mate de las paredes y armarios. Esto desdibuja los límites entre el interior y el exterior.
En toda la casa, se integraron amplias puertas correderas de suelo a techo. De esta manera, una planta abierta se convierte fácilmente en un espacio cerrado.
La línea austera bajo la que se planteó el proyecto requirió de unos materiales sobrios y uniformes. Tanto en el interior de la vivienda como en los espacios al aire libre se utilizaron grandes losas grises de hormigón. En el salón y la cocina, se han añadido unos pocos detalles en color oscuro: la madera de zebrano y el acero inoxidable contrastan con la encimera de Corian y las paredes pintadas.
Sobre Minus:
Minus es un estudio de arquitectura de interiores, propiedad de Sophie Popelier y Wim Carton, cuya máxima filosófica es «La simplicidad es un signo de perfección». Sus proyectos se definen por las líneas puras y la calma y serenidad que desprenden, envueltos en un ambiente totalmente atemporal.
Fotografías: Jo Pauwels
Planimetría:
Información e imágenes facilitadas por Minus
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