VIVIENDA PARA UN ARTISTA:
«Alejandra es una escultora que decidió unir todo su mundo en una pequeña vivienda. Una vivienda situada en esas zonas que las ciudades olvidan digerir. Construida, como todas sus semejantes, a golpe de deseo e ingenio, generando un conjunto hecho a base de retales, los retales que, en cada momento, fueron necesarios». De esta manera explica Castroferro Arquitectos, el estudio que crearon María González Ferro y Jordi Castro Andrade, el inicio de un proyecto donde se vive y se trabaja, con todo lo que ello conlleva.
Habitar un espacio en el que se trabaja siempre supone una reflexión «sobre la relación física entre ambos lugares, sobre cuánto intoxica el uno al otro». En este caso, la arquitectura se utilizó como separadora de funciones, ya no sólo físicas sino también emocionales, ubicando el espacio de trabajo en el sótano y la planta baja, y la zona de descanso, en la planta alta.
Instalaciones y forjado de madera vistos.
En el lugar de trabajo, se dejaron vistas todas las instalaciones de la planta superior, la estructura del forjado de madera con sus vigas de madera de pino Tea, que fueron reforzadas, así como todos los muros originales con sus múltiples parches constructivos. Además, en un espacio donde el protagonismo debe recaer en el proceso de creación escultórica, se decidió unificar la base material del lugar bajo una capa de color blanco que, manteniendo «la mirada atenta a las huellas materiales, logra evadir el fondo para poner de relevancia el trabajo de Alejandra», comenta el estudio de arquitectura viguense.
La escultora también quería fusionar su taller con una pequeña zona de exposición para sus creaciones, que encontró su ubicación perfecta en una pequeña escalera, hecha de hormigón, y en las vigas recicladas de la vivienda, sobre las que muestra sus obras a modo de galería de arte. De esta manera, abajo queda el lugar de trabajo, con una imagen abstracta y masiva, con la piedra natural y el hormigón pulido del suelo, mientras la parte de vivienda «sucede despegada del suelo».
Evitar las semejanzas.
Para que ambos espacios no resultaran similares, se eliminó el forjado para disfrutar de todo el volumen. Las frágiles cerchas existentes de pino Tea se refuerzan con un nuevo pendolón y dos montantes de abeto laminado, unidas a la cercha existente con placas metálicas de fijación que muestran un construir, en base a capas de aprovechamiento, que siempre ha definido la arquitectura de este tipo de viviendas.
Además, se ha mantenido el forjado existente únicamente introduciendo sobre la vieja y lesionada tabla un panel contrachapado de abeto (240 x 120 cm), que eleva su presencia gracias a ese generoso despiece.
Mínima intervención.
Una mínima intervención, con una viga y dos pies derechos de madera laminada, hace de estructura primaria de la zona de los dormitorios. Ésta completa con viguetas de abeto laminado y, de nuevo, la pieza de contrachapado a modo de tablero final en el suelo y la parte inferior del techo de los dormitorios.
El tablero contrachapado de abeto del suelo sirve de perfecto antónimo al hormigón pulido de la zona de trabajo. «Este espacio superior se trata deliberadamente como un contraste a la materialidad pétrea inferior, resolviendo con madera de tonos cálidos toda la nueva actuación que recoge el deber del descanso», concluye Castroferro Arquitectos.
LAS IMÁGENES DE HÉCTOR SANTOS-DÍEZ:
FICHA TÉCNICA:
- Proyecto: Vivienda para un artista.
- Ubicación: Vigo (Pontevedra / España).
- Año: 2019.
- Autor: Castroferro Arquitectos.
- Colaboradores: Joana Covelo Alonso, Jacobo Pérez Castiñeiras, Alba Teiga Guzmán y Laura Vázquez Seoane.
- Arquitecto técnico: Antonio Arias Rodríguez.
- Constructora: Monteroman.
- Cocina: Santos.
- Ventanas: de Cortizo.
- Silla: In Between de Sami Kallio (&Tradition).
- Lámpara: TMM de Miguel Milá (Santa & Cole).
- Fotografías: Héctor Santos-Díez.
PLANIMETRÍA:
Planta
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Sección
SOBRE CASTROFERRO ARQUITECTOS:
Castroferro Arquitectos es un estudio de Vigo (Pontevedra / España), formado, en 2005, por María González Ferro y Jordi Castro Andrade, bajo el nombre de CDG Arquitectos, en colaboración con Jacobo Domínguez Ojea hasta el año 2007.
Inicialmente, focalizaron su trabajo en la realización de concursos de ideas a nivel nacional, destacando los primeros premios por la Biblioteca Manuel Altolaguirre de Málaga, el nuevo ayuntamiento de Zigoitia (Álava) y el Centro de Salud de Ribadavia.
De forma paralela, el estudio fue abriendo una línea de trabajo centrada en el diseño de interiores, tratando de realizar un trabajo de alto valor añadido donde se incorporan todas las fases del proceso, desde las valoraciones iniciales de necesidades por parte del cliente hasta la fase última de selección de mobiliario.
Además del reconocimiento en los concursos de ideas, varios de sus trabajos también han sido premiados como El Refugio (Premio COAG 2012-2014 mejor obra en la categoría Bajo Coste y Premio Grandearea 2011), el Piso Heraklith (Premio Grandearea 2013) o la Casa Albor (Premio Grandearea 2017).
CASTROFERRO ARQUITECTOS EN INTERIORES MINIMALISTAS
Fuente: Jordi Castro
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