LA CASA DE LOS TRES ÁRBOLES:
Ubicada en el corazón de la isla de Ibiza, en el límite urbano de Santa Gertrudis, la bautizada como Casa de los tres árboles es un proyecto del estudio valenciano Gallardo Llopis Arquitectos, cuya esencia prismática y blanca se fragmenta con la apertura de tres patios en torno a las figuras de tres árboles. Enmarcada en este entorno eminentemente rural, el peso de «la tradición constructiva adquiere en este rocoso paisaje payés su máxima influencia, donde la blanca austeridad de la arquitectura cúbica ibicenca es protagonista entre pinares y pequeños campos de cultivo que perfilan el territorio».
El proyecto toma como punto de partida esta arquitectura vernácula mediterránea para transformarla, mediante un lenguaje arquitectónico contemporáneo, en un juego de prismas blancos sobre un basamento de muros de mampostería. Se entabla así un diálogo entre la abstracción arquitectónica y la tradición de la construcción con piedra en seco, sobre la que se asienta.
Arquitectura con paisaje interior propio.
La vivienda se desarrolla longitudinalmente entre los espacios ajardinados de las viviendas colindantes, lo que determina el carácter introvertido de la arquitectura que crea su propio paisaje interior al que abrirse. Una secuencia continua de espacios interiores y exteriores vertebran la distribución de la casa, donde los patios aparecen como un sistema capaz de establecer las deseadas relaciones visuales entre las diferentes estancias garantizando los adecuados niveles de privacidad.
El volumen puro del prisma se troquela, permitiendo la conformación de patios y terrazas a distintas alturas y con diversas orientaciones. Ligados a la cultura mediterránea, estos espacios exteriores protegidos introducen el elemento vegetal en los ámbitos intersticiales con la escultórica presencia de tres árboles: un esbelto ciprés, un nudoso olivo y un grácil sauce.
Un audaz planteamiento estructural.
Sin embargo, es el audaz planteamiento estructural el que aporta dinamismo al conjunto arquitectónico, con cuerpos suspendidos que configuran los espacios exteriores, aportando privacidad visual así como protección solar. El espacio exterior, diáfano e ininterrumpido queda, de esta manera, virtualmente delimitado por el vigoroso abrazo de los patios en voladizo. Los patios dispuestos en los extremos se abren en planta baja, pero mantienen la geometría del volumen principal en planta primera, cerrándose mediante una celosía metálica -sobre muros en pescante- que conforma el perímetro que delimita las vistas de la vivienda, centrándolas en los patios.
Una lámina de agua acompaña el acceso a la vivienda bajo un potente voladizo. El recorrido a través de la vivienda se produce siguiendo un eje longitudinal que va atravesando los distintos espacios, desde los ámbitos más públicos a las estancias más privadas, con la irrupción de los patios jalonando la transición. Será de nuevo el agua quien enmarque, con sus reflejos y cambios de tonalidad, el espacio a sur final del recorrido: un gran patio ajardinado abrazado por un cuerpo aéreo que se lanza en un arriesgado voladizo.
Un programa funcional marcado por la distribución y los materiales.
La casa se organiza siguiendo una clara diferenciación del programa funcional. En planta baja, abierta y diáfana, se despliegan los usos propios de la zona de día en plena compenetración con los espacios ajardinados de los patios. En planta primera, reservada e introvertida, la zona de noche, abriéndose a terrazas privativas y patios delimitados que preservan la intimidad de las habitaciones. Y completando el conjunto, un sótano destinado, no sólo a las necesarias instalaciones, sino también a espacios flexibles y polivalentes destinados al ocio.
La materialidad también expresa la diferencia programática entre los dos niveles de la vivienda, con una planta inferior desarrollada entre muros de mampostería en seco y una planta superior entre volúmenes puros que se troquelan. La relación entre la áspera texturización de la piedra toscamente labrada y las tersas superficies blancas remarca el equilibrio alcanzado entre tradición y contemporaneidad.
Una liviana escalera de peldaños volados, realizados con pletinas metálicas, es la encargada de enlazar todos los niveles del edificio, desde el espacio versátil y en penumbra del sótano hasta la fuga hacia el azul del cielo que se filtra por el lucernario cenital.
Límites que se desmaterializan.
Combinada entre ambas materialidades, la superficie veteada de la madera se hace patente en muebles exentos y paneles alistonados, impregnando de calidez unos interiores ennoblecidos por la solidez y homogeneidad de un suelo pétreo que se expande más allá de los límites interiores de la vivienda. Unos límites que se desmaterializan gracias a la transparencia de los grandes planos de vidrio, capaces de deslizarse hasta permitir un paso completamente abierto, o hacer desaparecer las esquinas, conectando, sin obstáculos, interiores y jardín.
LAS IMÁGENES DE GERMÁN CABO:
FICHA TÉCNICA:
- Proyecto: GRT / La casa de los tres árboles.
- Ubicación: Santa Gertrudis (Ibiza / España).
- Superficie: 455 m².
- Superficie terrazas y piscina: 215 m².
- Superficie parcela: 700 m².
- Año: 2020.
- Autor: Gallardo Llopis Arquitectos.
- Dirección de proyecto: Carlos Gallardo Llopis, Javier Gallardo Llopis y José Luis Gallardo Blanquer.
- Equipo de proyecto: Fernando Usó, Paco Marco, Sergio Noverges, Alba Luengo, Noelia Marzo y Raúl Sol.
- Constructora: BFM Aedificatoria.
- Acústica y térmica: Ana Llopis Reyna.
- Infografías: 3D Visual Effects.
- Estructura: UPV | David Gallardo Llopis · Estructuras Singulares.
- Aparejador: Ángel Portillo Murado.
- Mobiliario: Mobisa Martínez Medina + Loft.
- Modelo: Amalia Lledó García.
- Fotografías: Germán Cabo.
PLANIMETRÍA:
MAQUETA:
SOBRE GALLARDO LLOPIS ARQUITECTOS:
Fundado en 1978, el estudio de arquitectura Gallardo Llopis Arquitectos ha buscado, a través de las sinergias de profesionales especializados en diferentes ámbitos, alcanzar un objetivo común: realizar una arquitectura en la que confluyan la técnica y la belleza.
Ubicado en la ciudad de Valencia (España), el estudio arranca con el desarrollo profesional de José Luis Gallardo Blanquer y Ana Llopis Reyna, combinando la práctica profesional con la experiencia académica. A él se suman, Javier Gallardo Llopis y Carlos Gallardo Llopis como arquitectos, incorporando nuevas formas de aproximación a los proyectos y continuando una tradición familiar de más de 40 años de pericia profesional. En la actualidad, la trayectoria del estudio tiende hacia la internacionalización, con trabajos en geografías distantes que se acometen sin abandonar las raíces, preservando la esencia heredada del dominio de la profesión.
El resultado de un trabajo minucioso son unos proyectos en los que el lenguaje de la arquitectura contemporánea se aborda desde un enfoque personalista, caracterizado por el vigor estructural, la depuración formal y la calidez de los interiores, a través de la precisión técnica y del gusto por una cuidada ejecución. Todo ello resulta posible gracias a contar con una amplia plantilla de profesionales de alta cualificación en los distintos ámbitos del diseño, desde la ideación inicial, hasta la construcción final, pasando por la representación gráfica o la definición técnica.
Entre sus trabajos más habituales destacan proyectos de viviendas unifamiliares y edificios de viviendas, reformas interiores o rehabilitaciones, locales comerciales, edificios de oficinas o proyectos para el sector hotelero o para medios de comunicación, asesoramiento en urbanismo y licencias, etc.
Fuente: Gallardo Llopis Arquitectos
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