MOJI:
El estudio valenciano Iterare Arquitectos es el autor de esta sencilla pieza de mobiliario, inspirada formalmente en la tradición japonesa y que ofrece un doble carácter: silla y taburete. La fabricación de Moji necesita únicamente de un tablero curvo y cuatro delgadas patas de madera atornilladas al primero. El pequeño respaldo de forma rectangular, pensado para ser desmontado, permite cambiar el aspecto del asiento según se destine a ocupar espacios de espera, reunión o recreo.
Madera de haya y de doble
La silla y taburete Moji está disponible en versiones de madera de haya y roble, acabada con doble capa de barnizado incoloro. La base para la unión de las patas es en chapa de acero de 3 mm de espesor, a elegir entre dos acabados: acero inoxidable y lacado negro.
Un secuencia ondulada
En su atención al detalle, esta silla y taburete también ha sido diseñada para que puedan combinarse varias piezas, ofreciendo una elegante visual ondulada. De esta manera y pensando en su repetición, el bisel y la curvatura del asiento «permiten formar una onda al disponerlas en continuidad, encontrando una variación inesperada que se mantiene, sin embargo, en silencio mientras la pieza se dispone en solitario. Sin duda, un ejercicio de pulcritud que recuerda el valor de la sencillez en nuestros días», concluye Iterare.
LAS IMÁGENES DE DAVID ZARZOSO:
SOBRE ITERARE ARQUITECTOS:
Fundado por los arquitectos Rubén Gutiérrez y Pedro Ponce, Iterare toma su nombre de un término heredado de los principios de la geometría fractal, descubierta por el matemático Benoît Mandelbrot durante la década de los años setenta. Ésta misma, que rige la naturaleza y explica cómo es capaz de alcanzar su propia definición, se inicia con una primera iteración -a grandes rasgos una repetición- que continúa infinitamente hasta dar lugar a la asombrosa complejidad del universo. De ahí que, para nosotros, Iterar represente una particular aproximación al problema de la arquitectura y el diseño; y, de un modo más general, a la cuestión misma del habitar.
Esta intuición, que lleva a la imitación de los procesos de gestación de lo natural en el actuar del hombre, impide la superflua desviación hacia las modas, los sistemas o las ideas. Se limita así a un proceso de depuración sistemático del pensamiento y la práctica; sin detenerse al alcanzar un estilo fijo, un método de trabajo o una respuesta concluyente.
Con estos principios, el estudio desarrolla proyectos de arquitectura que abarcan todas las escalas y, de igual forma, aborda el diseño en todos sus ámbitos. La actividad del estudio se extiende bajo las mismas premisas a campos transversales como la investigación o el arte.
ITERARE ARQUITECTOS EN INTERIORES MINIMALISTAS
Fuente: Iterare Arquitectos
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