ÀLEX JIMÉNEZ:
Entrevistamos a Àlex Jiménez (Barcelona, 1982), diseñador por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) e ingeniero técnico en Diseño Industrial por Elisava. Àlex fundó, en 2011, Nutcreatives, un estudio de diseño, ubicado en Barcelona, que tiene como principal objetivo incorporar los criterios ambientales y sociales en el proceso de diseño, teniendo en cuenta todo el ciclo de vida del producto. Para ello, la firma cuenta con un equipo multidisciplinar y tres líneas de trabajo: diseño de producto, consultoría medioambiental y formación e investigación. Nutcreatives colabora también en el ámbito universitario y participa en proyectos europeos de investigación como Circular Design Europe.
Siguiendo esta misma línea de responsabilidad social desde el sector diseño, el diseñador cofundó, en enero de este mismo año, la editora de mobiliario e iluminación Suru. El fin de la nueva propuesta es redefinir el sector minimizando el impacto medioambiental de sus productos a lo largo de todo su ciclo de vida, fusionando la artesanía local y una visión global centrada en la vida sostenible. Las colecciones de Suru encarnan la innovación circular, combinando materiales reciclados y biodegradables con diseños modulares, atendiendo a un estilo de vida que valora tanto la estética como la responsabilidad medioambiental.
Además de su faceta como diseñador, Àlex Jiménez colabora con universidades y escuelas de diseño de varios países como profesor y/o conferenciante: es profesor del módulo de Diseño Circular en el Postgrado en Economía Circular de la UPC y colaborador del Máster en Ecodiseño de IED Barcelona. Asimismo, colabora habitualmente con la Agencia de Residuos de Cataluña realizando workshops en diseño sostenible para públicos diversos.
Jarrones Blend con la ceramista Rosa Cortiella
LA ENTREVISTA:
- ¿Cuál es la filosofía de Nutcreatives?
Bueno, básicamente es incorporar los criterios ambientales y sociales en el proceso de diseño, teniendo en cuenta todo el ciclo de vida de donde estamos trabajando. Es decir, no es solamente una cuestión de materia prima, sino también de producción, distribución, de uso y de final de vida. Es intentar trabajar todos los impactos ambientales que se producen en el ciclo de vida de nuestros procesos de diseño y proponer estrategias.
- ¿Por qué es este nombre?
Bueno, al final, hay que poner un nombre también. Éste es el primer punto que a mí, personalmente, siempre me ha costado un montón. Buscábamos algo cortito (Nut fue el origen), pero teníamos que poner un apellido, Nut solo no podía ser. Básicamente, Nut significa nuez en inglés y consideramos que los diseños de la naturaleza son diseños perfectos. Nos parece una metáfora de un diseño perfecto donde esta nuez tiene un packaging alrededor que es biodegradable y que no genera ningún tipo de impacto. O sí, mejor dicho, genera impacto positivo porque, cuando se biodegrada, alimenta el suelo. Esta nuez permite que muchas especies se alimenten de ella.
Permite también que crezca un nuevo árbol, que generará más nueces. Al final, esta metáfora de diseño perfecto nos parecía que era un buen referente. Es inalcanzable, por supuesto, pero es la línea en la que tenemos que trabajar.
- ¿Qué servicios ofrece Nutcreatives además de diseñar mobiliario?
Sobre todo, tenemos tres líneas de negocio principales. La primera, y por la que quizás se nos conoce más, es ofrecer servicios de diseño con criterios de sostenibilidad. Esta línea abarca muchos sectores, incluido el del mobiliario, que seguramente es el más conocido, pero también diseñamos packaging, y hemos hecho producto tecnológico, señalética y mobiliario urbano.
Trabajamos para sectores muy variados, incorporando la sostenibilidad en el proceso de diseño entendido de una manera amplia. Hay diseñadores que están más enfocados en la parte creativa. Nosotros abarcamos mucho y, a menudo, este proceso de diseño implica ayudar al cliente a buscar proveedores o, incluso, ayudarles un poco con el modelo de venta.
La segunda línea de trabajo es consultoría ambiental. Cada vez hay más clientes que nos buscan para que les ayudemos a mejorar sus impactos, incluso a escala empresa, sin entrar en el producto físico. Esto implica analizar los impactos de una empresa, compararlos con los estándares de su sector y proponer soluciones para mejorar su logística, su packaging, los materiales con los que trabajan, pero sin entrar en el diseño de producto que, al fin y al cabo, quizás es más lo nuestro. Pero hay empresas que tienen esto ya resuelto internamente o externamente y no nos necesitan ese sentido. A menudo, también hacemos evaluaciones ambientales a escala empresa y métricas. Esto está cada vez más vigente.
Y la tercera línea de trabajo está dedicada a la investigación. Participamos en proyectos europeos de investigación, aportamos muchísima formación a todas las escalas. Ahora estoy con Roca, trabajando con todos sus ingenieros y diseñadores, ayudándoles a tener metodologías de ecodiseño, pero también colaboramos con un montón de universidades en varios países y escribimos mucho sobre el tema. Llevamos tanto tiempo en esto y somos relativamente pioneros, aunque no lo hayamos inventado nosotros, que se nos conoce mucho este sentido y, a menudo, toca escribir y dar a conocer cómo se trabaja, etc.
Y, juego de construcción impreso en 3D en un proyecto de código abierto
- ¿En qué consiste la economía circular vinculada al mundo del diseño?
Bueno, la economía circular está como por encima del diseño en sí, es decir, ya la propia palabra lo indica. Trabajamos más bien a escala macro. Básicamente, la economía circular es intentar no perder valor en materiales, componentes, productos y demás, que todo el valor siempre recircule el máximo de tiempo posible sin que haya pérdidas en la cadena. Ahora mismo, nuestro modelo económico está dejando escapar cosas como el aluminio que tiene un valor de reventa altísimo, plásticos u otros materiales, que podrían estar recirculando sin problema, productos que son funcionales. El 80% de los productos a los que se les ha roto una pequeña parte acaban en un vertedero. Eso son pérdidas de valor que se producen porque nuestra economía es demasiado lineal, de hecho, hay informes que dicen que es 92% lineal y 8% circular, es decir, el 92% del valor se va por el váter, hablando un poco mal.
La economía circular nos da un marco de funcionamiento, pero ese marco hay que bajarlo a tierra, dejarlo en un nivel teórico no sirve de nada, tiene que aplicarse a productos, empresas, etc. Es necesario diseñar modelos de negocio, por eso es tan importante. Finalmente, no es una cuestión de diseñadores solamente, es una cuestión de diseñadores, de ingenieros, de ambientólogos, gente de perfil de negocios, etc. Es muy importante porque luego esto se tiene que vender, tiene que generar ingresos, si no, tampoco funciona. Pero es aquí donde el diseño tiene un rol bastante principal porque si queremos conseguir que todo se repare más fácilmente, habrá que diseñar productos para que la reparación sea fácil o incorporar materiales que lo hagan posible. Pero esos materiales tienen que aplicarse y el diseño es el que los aplica, por ello tiene un papel tan central en toda esta transición hacia la economía circular.
- ¿Qué tipo de clientes tiene Nutcreatives?
Muy variados, la verdad, desde la típica empresa editora de mobiliario hasta empresas de sectores como la tecnología. En general, al final sí que nuestro cliente tipo, sobre todo si tienes en cuenta la parte de diseño y la de consultoría, son empresas que fabrican cosas y que son conscientes de que generan una serie de impactos que no acaban de entender demasiado, por eso nos llaman, para que les ayudemos a entender que está pasando, para que les ayudemos a implementar una serie de estrategias y para que, al final del proceso, hagamos una revisión de qué beneficios se han obtenido y les ayudemos a comunicar todo esto. Empresas que fabrican, que tienen materialidad. Un hotel no nos va a llamar porque las empresas de servicios tienen consultoras más especializadas en eso, pero si fabricas muebles o ropa, incluso, si tienes un contacto con la materialidad muy fuerte, ahí sí que tenemos mucha capacidad para ayudar.
- ¿Actualmente, las empresas son conscientes de que hay que implementar procesos y sistemas de economía circular?
Sí y no, hay de todo. Estamos en un momento de transición y, en los momentos de transición, te encuentras siempre a los que se han dado cuenta de todo y van avanzadísimos y los que todavía están en el año 1985, como si no pasara absolutamente nada. En general, sí que notas que, en estos últimos 5, 6, 7 u 8 años, las empresas se han dado cuenta de que van a tener que hacer cambios, pero también encuentras al que sabe que tiene que hacer cambios pero hasta que no tenga a la policía en la puerta de la fábrica no piensa hacer absolutamente nada. Y también encuentras a los que dicen: como sé que los voy a tener que hacer, vamos a trabajar ya y si, luego, aparece una regulación o una ley que me obligue voy a estar mucho más puesto en el tema o, incluso, no me interesa la ley, yo quiero que mi empresa tenga un impacto ambiental muy bueno y estoy dispuesto a hacer todos los cambios.
Te diría que me gustaría que hubiera más patrón, el patrón es el crecimiento en el interés sobre estas cosas. Hay un porcentaje inmenso de empresas que no tienen absolutamente ningún tipo de idea sobre qué pasa con su sector y qué problemas genera, y esto es un poco lamentable en el año 2024. También hay muchos que lo hacen muy bien
- ¿Qué es diseñar un producto sostenible, cuál es su metodología?
Es un ciclo de vida, tener en cuenta que los materiales deben tener el mejor impacto ambiental posible, que hay que tener en cuenta criterios de producción, que vas a tener una serie de talleres y de proveedores que tienen que ser lo más locales posible, que tienes que trabajar con gente que sea responsable y que también haga las cosas bien.
Se debe tener en cuenta que hay unos procesos de logística asociados, que los productos van envasados, que se tienen que transportar, que en el uso también se generan una serie de impactos y tienes que acompañar a tus clientes para que este uso sea lo más largo posible, que los productos duren muchísimo. Para esto, hay estrategias del tipo ofrecer piezas de recambio, facilitar la reparabilidad, etc., pero también hay que tener presente que esto, tarde o temprano, va a ser un residuo y que ese residuo se tiene que gestionar correctamente.
Hay muchas marcas que, simplemente, hacen un cambio de material porque el material siempre es el foco principal. Cambian el polipropileno y lo ponen reciclado y ya se convierte en un producto sostenible, y no está mal, pero hay más cosas.
Lámpara Confetti de Nutcreatives para Faro Barcelona, realizada con plástico reciclado de tapones de botellas
- A principios de 2024, presentaste tu nueva editora de mobiliario e iluminación Suru. ¿Cómo nace y con qué objetivo?
Bueno, Suru nace un poco con el objetivo de dar salida a ideas, sacar a la luz aquello que teníamos en la cabeza. Durante todos estos años, hemos ido detectando materiales, soluciones, proveedores que nos gustaban mucho, incluso hemos ido desarrollando diseños sin cliente. Cuando teníamos tiempo, siempre nos gustaba experimentar un poquito con diseños que pensábamos que estaban muy bien.
Algunos de estos diseños que habíamos desarrollado “sin cliente”, sí que han sido aceptados, posteriormente, por nuestros clientes y funcionan bien, en cambio otros, bien por el contexto, el momento, etc. no acabaron de encajarle a nadie. Por otro lado, cuando propones algo a un cliente, siempre tienes que acabar adaptándolo un poquito y hay siempre limitaciones, ya hacía tiempo que teníamos ganas de tener un proyecto propio donde controlásemos todo el proceso de inicio a fin.
Finalmente, se nos aproximaron pequeños inversores, con ganas de invertir en algún proyecto y unimos los dos puntos: las ideas “sin cliente” que ya teníamos desarrolladas y la inquietud por llevar a cabo un proyecto sin tanta limitación. Por eso decidimos lanzar un proyecto paralelo con la edición de mobiliario y de iluminación como objetivo.
- ¿Nos puedes explicar un producto de Suru en términos de sostenibilidad y diseño?
Sí, por ejemplo Niu. Está familia, compuesta por una butaca y un taburete, parece relativamente estándar desde el punto de vista de la materialidad. Si ves una foto de Niu, parecen una butaca y un taburete más o menos tradicionales, pero el asiento, el respaldo y la pata trasera están hechos con contrachapado. El contrachapado, normalmente es madera, resina, madera, resina, y estas resinas son fenólicas, que son muy tóxicas. Nosotros hemos utilizado unas colas que no tienen formaldehídos, con lo cual, a nivel de toxicidad, tenemos un producto de interior mucho más sano. Es algo que a los arquitectos cada vez les preocupa más.
Todas las piezas de contrachapado nos las hacen en Finlandia porque recibimos una ayuda europea para trabajar con un proveedor finlandés, ya que aquí no hay tantos proveedores de contrachapado buenos. Todo esto nos llega plano desde Finlandia. El resto de piezas de madera maciza se fabrican en Barcelona y trabajamos con un taller que solamente ocupa a mujeres. Ahí tenemos impacto social también. Con este proyecto contribuimos a que las mujeres se introduzcan en un sector muy masculinizado porque todos los talleres están llenos de hombres y es un poco desequilibrado.
Para el cojín, por ejemplo, en vez del poliuretano, que es una espuma bastante tóxica que no se puede reciclar fácilmente, utilizamos fibras de coco con un pequeño refuerzo de látex. Al final, es un producto nada tóxico y que funciona mucho mejor que el poliuretano. Por otra parte, los tejidos son reciclados y, luego, todo esto se protege con aceites naturales, en vez de con barnices más químicos. Los colores están hechos con una pintura en base calcio, que se llama Milk Paint, es el nombre comercial, pero es un tipo de pintura que también están utilizando muchos arquitectos porque es menos química y menos plástica que las pinturas habituales.
A partir de ahí, tenemos un producto flatpack que se envía plano, que ocupa poco, que pesa poco, con lo cual para las distribuciones es más sostenible. Se ofrecen piezas de recambio a un coste competitivo, de manera que tú vas a poder reparar siempre, vas a poder cambiar telas, vas a poder sustituir todo fácilmente si cambias la decoración de tu hotel, por ejemplo. Además, aunque ahora todavía no está desarrollado, queremos ofrecer un servicio de take back, queremos recuperar las piezas cuando el cliente cambia la decoración, repararlas y reintroducirlas en la cadena.
Colección Niu de Suru
- ¿Qué diferencia a Suru del resto de editoras de mobiliario e iluminación?
Prácticamente toda la producción se lleva a cabo en el área de Barcelona, ni siquiera Catalunya. Tenemos a todo el mundo en un radio de menos de una hora respecto a Barcelona ciudad. Y, de hecho, la tapicera está en Barcelona ciudad, en el barrio del Raval, las chicas que nos hacen todo el tema de ebanistería están entre San Andreu y Raval. Es decir, es un proyecto totalmente kilómetro cero. De hecho, el único proveedor extranjero que tenemos es el de Finlandia como he comentado anteriormente.
Hemos conseguido dentro de la escala minúscula que, por el momento, tiene Suru, incorporar materiales que son novedad en el sector. Eso, evidentemente, nos limita un poco a nivel de márgenes, probablemente trabajamos con márgenes más justos que el resto de editoras, cosa que es un factor limitante. Pero no queremos que para que el producto tenga un mejor impacto medio ambiental, tengas que pagar el triple. Hemos intentado mantener unos precios más o menos estándar en el sector dentro de un nivel medio alto. Si nos fijamos en editoras de diseño nórdico como HAY, Hem, Muuto o marcas de aquí tipo Vergés, Mobles 114…, tenemos un rango de precios parecido. Pero creo que nosotros hemos incorporado muchísima innovación en cuanto a sostenibilidad, algo que otras editoras no están pudiendo incluir.
- ¿Crees que el consumidor final exige cada vez más que los productos cumplan con criterios de sostenibilidad?
Sí, sí, igual que las empresas, que cada vez más están preocupadas por saber qué pasa, pues los consumidores también. De hecho, en un grado insuficiente todavía, el número o el porcentaje de consumidores que son exigentes con el impacto ambiental de lo que compran es cada vez mayor. Y el interés por productos con un buen impacto y la capacidad o las ganas de pagar un poco más si saben que el producto va a tener un buen impacto, creo que están ahí, es innegable que existen.
Sí, creo que tenemos que ser mucho más exigentes todavía. Realmente, esta transformación necesita tiempo que, de hecho, no tenemos porque los objetivos 2030 y 2050 son para mañana. Aun así, sí que creo que hay un grado de información cada vez mayor y un grado de exigencia cada vez mayor.
Esta circunstancia se tiene que combinar con empresas que ofrezcan una buena información ambiental, que se abran en canal y ofrezcan mucha transparencia. Porque yo puedo tener mucho interés por comprar productos sostenibles, pero sí llego a un supermercado y, primero, el supermercado pasa de todo y no me los ofrece, vamos mal. Y segundo, si llego allí y las marcas me están ofreciendo una información de muy poca calidad, no voy a poder elegir. Falta mucho y tenemos que avanzar a todos los niveles, pero el interés creo que sí que está ahí. Y creo que se está demostrando con muchas empresas que lo están haciendo bien y les está funcionando.
Suru tiene un enfoque B2B. Estamos trabajando con el interés de conectar con profesionales: arquitectos, interioristas y, además, esto nos permite trabajar a escalas mayores y trabajar con gente a las que se les exige responder también a nivel de sostenibilidad. Pero entre medio y corto plazo abriremos seguramente tienda online e intentaremos llegar a un mercado doméstico.
Lámparas de terracota Teula de Nutcreatives para Suru, inspiradas, diseñadas y fabricadas en Barcelona
Imágenes: cortesía de Àlex Jiménez
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