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MARSET:
Los inicios de Marset se remontan a los años cuarenta cuando Paco Marset, originario de Albacete (España), abrió un pequeño taller de fundición de latón en el barrio barcelonés de Les Corts. En 1976, se unieron a él sus hijos Jesús Marset, ingeniero de formación, y Pepe Marset, diseñador industrial. Fueron ellos quienes decidieron transformar la empresa de fundición de su padre en una enfocada en el diseño y fabricación de lámparas en serie.
Con la incorporación de la segunda generación, la empresa empezó a producir lámparas tradicionales de buena calidad, hasta que, a finales de los años noventa, se incorporó a la empresa Javier Marset, economista de formación e hijo de Jesús Marset.
Enfocarse en el diseño
Es en la década de los noventa, cuando Barcelona experimenta el boom del diseño y Marset opta por cambiar el concepto de la empresa, dedicada a la fabricación de lámparas tradicionales, para enfocarse plenamente en el diseño. Marset incorpora el catálogo de Vapor, una pequeña editora fundada por Lluís Porqueras en Barcelona, que había cerrado, y acuerda la entrada en la firma del diseñador industrial Joan Gaspar, discípulo de Porqueras.
A partir de este momento, Marset empieza a diseñar y producir lámparas de diseño, colaborando con multitud de autores. Este giro conceptual será la pieza clave que definirá la estrategia y desarrollo empresarial de esta empresa familiar, convirtiendo a la firma en lo que es ahora, una editora de productos de iluminación innovadores y originales, con distribuidores repartidos por todo el mundo.
Premio Nacional de Diseño 2015
El reconocimiento a su trayectoria empresarial llegó en 2015, cuando se otorgó a Marset el Premio Nacional de Diseño en la categoría de Empresas porque “sus diseños en el ámbito de la iluminación establecían un importante elemento estratégico empresarial y constituían un eje transversal que unía producto, comunicación y empresa hasta alcanzar comportamientos sostenibles y responsables”.
A lo largo de su trayectoria, esta editora de iluminación ha colaborado con numerosos diseñadores nacionales e internacionales como Fabien Dumas, el estudio Yabu Pushelberg, Christophe Mathieu, Jordi Canudas, Xavier Mañosa, Yonoh, Francesc Rifé o Inma Bermúdez, entre otros.
Iluminar el mundo desde una antigua fábrica
Actualmente, la firma tiene su sede en la localidad de Terrassa y cuenta con unas instalaciones de 11.000 m² en lo que había sido una antigua fábrica de máquinas para la producción de chocolate. El arquitecto italiano Stefano Colli, afincado en Barcelona, fue el encargado de realizar el proyecto de interiorismo y la reforma arquitectónica.
Los hermanos Javier y Carlos Marset son los actuales consejeros delegados de la compañía. Entrevistamos a Javier Marset para que nos explique cuáles son los valores de la empresa y su evolución.
MARSET EN INTERIORES MINIMALISTAS
El aplique Caramel de Joan Gaspar, diseñador industrial y también director de producto de Marset
LA ENTREVISTA:
- Los orígenes de Marset se remontan a los años 40 como un pequeño taller de fundición de latón fundado por tu abuelo Paco Marset. Tu padre y tu tío cogieron el relevo en los años 70 fabricando lámparas tradicionales y, en los 90, tú y tu hermano os ponéis al frente de la empresa y le dais un giro editando lámparas de diseño. ¿Cómo viviste todos estos cambios y cómo se produjo este cambio?
Los cambios se suelen vivir de forma natural, como una evolución de la empresa. Cuando te incorporas a un negocio familiar observas lo que hay y te imaginas la dirección que te gustaría que tomase la compañía en el futuro. Eso es lo que hicimos, observar, pensar y evolucionar.
- ¿Qué significó para ti empezar a dirigir la empresa familiar? ¿Cómo os habéis repartido las diferentes tareas que conllevan la dirección de la firma?
Cada uno de nosotros tiene unas competencias distintas que, al final, deben confluir para tratar de que todo llegue a buen puerto. El camino no ha sido ni es fácil. Mi hermano es ingeniero y tiene sentido que su ámbito más relevante esté vinculado a operaciones. El mío es más de empresa, por lo que la estrategia y la parte de comunicación y comercial es mi ámbito. El producto, aspecto fundamental, lo compartimos con Joan Gaspar, diseñador y director de producto.
- ¿Qué valores definen a Marset como empresa?
La autenticidad y la innovación en lo que hacemos con el objetivo de ofrecer una iluminación de calidad formal, funcional y estética.
- ¿Qué es la luz para Marset?
Es la materia creativa.
- ¿Qué principios debe cumplir una lámpara para que la editéis?
Alinearse con nuestros valores y que nos inspire desde el inicio. Al final somos el primer filtro, tomamos el rol de editores. A veces es más importante saber lo que no has de hacer que lo que acabas haciendo.
Dipping (versión suspendida), de Jordi Canudas; Caramel (aplique) y Bohemia (suspensión), de Joan Gaspar; y la lámpara con batería Bicoca, de Christophe Mathieu
- ¿Cuáles son las lámparas que más habéis vendido y por qué?
Aquellas que, una vez más, cumplen con nuestros valores y aportan una innovación formal, conceptual, tecnológica y material. No es necesario que cumplan con todo el tipo de innovación, pero al menos debemos ver que algún nivel de innovación está presente.
La colección Ginger propone una innovación material y formal relevante; la FollowMe fue pionera, a nivel global, de una nueva categoría de producto; la Bohemia, más reciente, sorprende por su materialidad; y la Dipping Light por la capacidad de industrializar un proceso experimental y artístico.
- ¿Nos podrías explicar cuál fue el briefing que le disteis a Inma Bermúdez para que diseñara la lámpara FollowMe, uno de vuestros grandes éxitos?
Revisamos catálogos de los años 70 de Marset para que conociese la firma y, de ahí, surgió la idea de reeditar de forma contemporánea un producto de hace 50 años. Le sugerí que era un momento idóneo para pensar en una lámpara de baterías puesto que los LED y las baterías de ion-litio habían evolucionado. Ahí se hizo la magia.
- Inma es sólo una de los diseñadores con los que trabajáis. ¿Cómo los escogéis? ¿Qué cualidades deben tener para que les encarguéis el diseño de una lámpara?
No escogemos diseñadores, nos fijamos en su obra, en sus propuestas. Me apasiona descubrir nuevos talentos, lo llevamos haciendo hace mucho tiempo. La curiosidad, unida a la experiencia y la intuición suelen dar sorpresas agradables.
- ¿En qué países tienen mejor acogida vuestras luminarias? ¿Te has planteado el por qué?
Pensamos el producto para el mercado global. El consumidor y el prescriptor no difieren tanto. Los buenos proyectos y los buenos profesionales están en todo el mundo. Obviamente, los mercados desarrollados, donde hay cultura de diseño, suelen ser los más habituales: Centro y Norte de Europa, Estados Unidos, Australia … Me hace especial ilusión que nuestro producto se aprecie en los países escandinavos y en Suiza porque son mercados exigentes y cultos.
Lámpara de pie Copérnica de Ramírez i Carrillo; luminarias de suspensión Fris de Joan Gaspar y Ambrosia de Ciszak Dalmas; y lámpara de sobremesa Fragile de Jaume Ramírez
- Las editoras de diseño normalmente invierten en diseño, innovación y tecnología para crear un producto, además de pagar a los diseñadores por el trabajo que realizan. Sin embargo, todos sabemos que existen otro tipo de empresas que copian el producto y lo sacan al mercado mucho más barato con materiales de poca calidad, etc. ¿Os han copiado mucho? ¿Qué hacéis cuando os encontráis con una copia de alguna de vuestras luminarias?
Lamentablemente, las copias están a la orden del día. Es dramático que el mercado no castigue las copias y que las leyes no castiguen severamente. Lo que peor me sabe es que haya profesionales que prescriban copias y que, por ejemplo, cadenas hoteleras de “prestigio” utilicen copias. Me da pena que no sean capaces de apreciar el valor que pueden aportar los productos originales a sus proyectos.
El consumidor final, en ocasiones por desinformación o incultura, puede caer en el error de consumir copias.
Recomiendo un libro delicioso que, entre otros temas, educa en el consumo de calidad y razonable, debería ser de lectura obligada en las escuelas. Es «Agua y Jabón», de Marta D. Riezu (Anagrama), creo que por aquí están todavía con el Lazarillo de Tormes. Así nos va…
- ¿Cómo enfocáis y gestionáis el tema de la sostenibilidad desde el punto de vista del diseño, los materiales, la fabricación…?
Siempre nos ha parecido que la sostenibilidad debe ser algo natural y somos conscientes de que debemos respetar nuestro entorno y a las personas. Ofreciendo y proponiendo productos de calidad, bien diseñados y atemporales creo que tenemos recorrido una parte importante del camino hacia la sostenibilidad.
- La tecnología ha tenido un papel muy importante en la evolución de la iluminación durante las últimas décadas ¿Cómo ha afrontado Marset esta evolución?
La tecnología en nuestro sector nos ha permitido evolucionar y diseñar con más libertad.
- ¿Nos podrías explicar hacia dónde se dirige Marset? ¿Qué proyectos de futuro tiene?
Vamos a intentar consolidar nuestra presencia global y mantener el espíritu creativo y de innovación que nos caracteriza.
Lámpara portátil para interior y exterior Sips, diseñada por Christophe Mathieu
Imágenes: cortesía de Marset
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