Los diseñadores Tommaso Nani y Noa Ikeuchi. Retrato: Francisca Derqui
MIST-O:
Mist-o es un estudio de diseño italojaponés con sedes en Tokio y Milán, fundado en 2012 por el diseñador japonés Noa Ikeuchi y el diseñador italiano Tommaso Nani. Ambos profesionales se conocieron a los 19 años en el Instituto Europeo de Diseño de Milán y rápidamente descubrieron una afinidad estética y una profunda curiosidad por la cultura del otro. Tras graduarse, cada uno siguió su propio camino: Ikeuchi colaboró con David Chipperfield Architects, mientras que Nani trabajó en Palomba Serafini Associati. No fue hasta 2010 que comenzaron a colaborar en algunos proyectos, constatando que la combinación de sus perspectivas, japonesa e italiana, podía dar lugar a un lenguaje propio y distintivo. Dos años más tarde, fundaron Mist-o, un estudio multidisciplinar que abarca diseño de producto, diseño de interiores, dirección artística y diseño gráfico.
La riqueza de una doble cultura
La doble cultura de Noa y Tommaso ha sido una influencia determinante en el trabajo de Mist-o. La cultura japonesa aporta sobriedad y atención al detalle, enfatizando que la simplicidad puede transmitir un profundo significado. Por su parte, la cultura italiana añade expresividad y vitalidad a cada creación. El reto del estudio consiste en lograr la armonía entre estas dos influencias, encontrar un equilibrio entre la sencillez y la alegría de vivir italiana, destilar un diseño hasta su esencia sin obviar su repercusión emocional, asegurando así que su trabajo se perciba riguroso a la vez que emocionalmente atractivo. Esta manera de hacer se manifiesta en todos sus diseños, tanto los realizados a pequeña escala como a gran escala, desde el diseño de muebles y pequeños objetos hasta la distribución de espacios o desde ediciones limitadas hasta la escala industrial.
Diseños rigurosos y con alma
Entre sus clientes se encuentran marcas como Arflex Japan, Cappellini, Zanotta, Ichendorf, Living Divani, by Interiors, Oluce y Shiro Japan. La filosofía de Mist-o busca siempre crear obras que sean rigurosas pero también emocionalmente resonantes, reflejando la riqueza de sus raíces culturales en cada proyecto como explican en la entrevista.
MIST-O EN INTERIORES MINIMALISTAS
Butaca de la colección Kasumi para Living Divani. Fotografía: Alberto Strada
LA ENTREVISTA:
- ¿Cómo empiezan a trabajar juntos Noa Ikeuchi y Tommaso Nani, dos diseñadores de culturas tan distintas como la japonesa y la italiana?
Nos conocimos como compañeros de clase mientras estudiábamos diseño en Milán. A pesar de provenir de lugares tan opuestos, pronto descubrimos que compartíamos una sensibilidad similar por el diseño y nos hicimos muy amigos. Con unos 19 años por aquel entonces, ambos estábamos muy abiertos a nuevas ideas e influencias. Descubrimos que compartíamos un sentido estético similar y una profunda curiosidad por la cultura del otro.
Tras graduarnos, cada uno desarrolló su propia experiencia profesional: Noa trabajó con David Chipperfield en Milán, pero seguimos intercambiando ideas y manteniéndonos en contacto. Alrededor de 2010, nos dimos cuenta de que combinar nuestras perspectivas japonesa e italiana podía dar lugar a algo único, así que decidimos colaborar en algunos proyectos. El contraste entre nuestros orígenes culturales resultó ser nuestra fortaleza: alimentó nuestra curiosidad y nos permitió abordar los retos del diseño desde dos perspectivas complementarias. En ese sentido, las diferencias entre nosotros se convirtieron en la base de nuestra colaboración y el punto de partida de Mist-o.
- Iniciasteis vuestra colaboración en 2010 y en 2012 fundasteis Mist-o, ¿qué representaron para vosotros estos dos primeros años de colaboración antes de fundar el estudio?
Los dos primeros años de trabajo conjunto, desde 2010 hasta el lanzamiento oficial de Mist-o en 2012, fueron un período formativo y experimental. Como aún no habíamos establecido formalmente el estudio, teníamos mucha libertad para explorar ideas y encontrar la mejor manera de combinar nuestros talentos. Probamos diferentes tipos de proyectos, participamos en concursos de diseño e, incluso, tuvimos la oportunidad de presentar prototipos iniciales en espacios como el Salone Satellite y el Museo de Diseño de la Trienal de Milán. Fue una época emocionante de descubrimiento: estábamos desarrollando nuestro lenguaje de diseño compartido y aprendiendo a comunicarnos como equipo. Para cuando decidimos fundar el estudio en 2012, esos dos años nos habían proporcionado una sólida base de confianza mutua, una mayor claridad sobre nuestra identidad como dúo e, incluso, cierta validación de la comunidad de diseño, lo que nos animó a dar el salto.
- ¿Qué significa Mist-o?
Mist-o es un nombre que combina un poco de ambos mundos. En italiano, la palabra «misto» significa «mixto», lo que refleja la mezcla de nuestras dos culturas y perspectivas de diseño. Nos gustó la idea de que el nombre de nuestro estudio celebrara esta fusión. Lo estilizamos como «Mist-o» con un guion, que también evoca la palabra inglesa «mist». Mist es algo ligero, sutil y etéreo que difumina las fronteras y, en cierto modo, es una bonita metáfora de nuestra colaboración: la fusión de ideas japonesas e italianas hasta convertirlas en una visión cohesiva.
La butaca Isle, diseñada para Arflex Japón, se caracteriza por su liviana estructura de acero. Fotografía: Masaaki Inoue
- ¿Cómo ha influido en vuestro trabajo esta diferencia de culturas? ¿Qué hay de japonés y de italiano en vuestros diseños?
Nuestra doble cultura influye significativamente en nuestro trabajo. La cultura japonesa nos ha enseñado la belleza de la sobriedad y la atención al detalle, enfatizando que la simplicidad puede transmitir un profundo significado y fomentando la apreciación del espacio negativo y la sutileza. De la cultura japonesa, también hemos absorbido el respeto por la artesanía y la tradición, ya sea en el tratamiento de los materiales o en la cuidadosa consideración de la función.
De la cultura italiana, abrazamos la pasión por las formas audaces pero elegantes y una cierta calidez en el diseño. Italia cuenta con una rica herencia del diseño, por lo que transmitimos su espíritu de celebrar los materiales de calidad, la comodidad y un toque lúdico en los objetos. Se puede observar una línea limpia y minimalista o una forma sobria combinada con una forma atractiva o un toque de expresividad que refleja las tradiciones del diseño italiano. Nos esforzamos continuamente por lograr la armonía entre estas dos influencias, un equilibrio entre la simplicidad y la alegría de vivir italiana, garantizando que nuestro trabajo se sienta disciplinado y emocionalmente atractivo.
- ¿Trabajáis juntos en todos los proyectos u os distribuís el trabajo?
Colaboramos en casi todo. En nuestro proceso, intercambiamos ideas desde la fase inicial del concepto y seguimos intercambiando ideas durante el desarrollo. No tenemos roles estrictamente definidos como «Noa solo hace esto y Tommaso solo hace aquello». Es una colaboración fluida. Dependiendo del proyecto o de nuestros horarios, uno de nosotros puede tomar la iniciativa en tareas específicas, pero el resultado final siempre es algo que ambos creamos juntos. Al final de un proyecto, a menudo resulta difícil, incluso para nosotros, distinguir quién tuvo cada idea, ya que todo está muy interrelacionado. Dado que frecuentemente nos encontramos en diferentes países, hemos desarrollado formas de trabajar sincronizados de forma remota, incluyendo videollamadas diarias y comunicación constante para asegurarnos de estar en sintonía.
El sistema de mesas Ambrosiano, editado por Zanotta, es un ejemplo de mobiliario sostenible. Fotografía: Mattia Balsamini
- ¿Qué es lo que define vuestro lenguaje de diseño? ¿Qué valores o principios guían vuestro enfoque?
Nuestro proceso de diseño se caracteriza por una comunicación constante y unos principios fundamentales que valoramos. Exploramos nuestras ideas a fondo, a menudo empezando con bocetos o conceptos abstractos para asegurarnos de que compartimos la misma visión antes de seguir adelante.
En cuanto a nuestros valores rectores, priorizamos constantemente la simplicidad y la claridad. Cuando hablamos de simplicidad, no nos referimos a despojar a un objeto de toda su personalidad, más bien, buscamos destilar un diseño hasta su esencia. Queremos que cada producto transmita un concepto o sentimiento claro. También nos esforzamos por crear diseños con repercusión emocional. Incluso si una forma es limpia y discreta, debe evocar un sentimiento o generar una conexión con el usuario. La funcionalidad y la comodidad son igualmente importantes para nosotros: un objeto hermoso no tiene éxito si no se adapta bien a la vida cotidiana.
Todo esto se sustenta en el respeto por los materiales y la artesanía. Preferimos que los materiales hablen con autenticidad y diseñar de una manera que se sienta atemporal, en lugar de seguir tendencias. Estos principios guían nuestro proceso y definen el diálogo que entablamos al diseñar.
- Trabajáis en distintos campos, desde el diseño de interiores hasta la dirección artística, pasando por el diseño de producto y la gráfica. ¿Hay alguno de estos campos que os atraiga más que otro?
Nuestro trabajo abarca muchas disciplinas, principalmente el diseño de muebles y productos, así como el diseño de interiores, la dirección artística y el diseño gráfico, y disfrutamos mucho de la variedad. Cada campo presenta sus propios atractivos y desafíos, y explorar un área a menudo inspira ideas para otra. Por ejemplo, trabajar en un proyecto de diseño de interiores puede brindar una perspectiva sobre cómo las personas experimentan el espacio, lo que puede inspirar una idea para un mueble.
Asimismo, dedicarse al diseño gráfico o al branding agudiza nuestra visión para la comunicación visual, lo cual resulta útil incluso al diseñar objetos físicos. No tenemos un solo campo favorito. En definitiva, todos estos ámbitos están interconectados, todos giran en torno a enriquecer la vida cotidiana, resolver problemas, crear cosas de manera interesante y contemporánea, y generar experiencias significativas, solo que a diferentes escalas.
S.21, familia de mesas auxiliares diseñada para la firma Arflex Japón. Fotografía: Alberto Strada
- Vuestro estudio tiene base en Milán y en Tokio. ¿En qué se distingue el público japonés del italiano? ¿Dirigirse a uno u otro influye en la selección de materiales, formas y técnicas?
El diseño siempre existe en un contexto cultural, por lo que, naturalmente, el público japonés e italiano aportan diferentes perspectivas y preferencias. En general, los usuarios japoneses tienden a apreciar la sutileza y el refinamiento. A menudo, valoran los diseños discretos, compactos y que se adaptan a los espacios pequeños (ya que las salas de estar en Japón pueden ser bastante limitadas). En Japón, también existe un profundo aprecio por los materiales y la artesanía tradicionales. Por ejemplo, el uso de madera natural, papel o acabados con significado cultural. Por otro lado, los usuarios italianos suelen tener un gran sentido del estilo y una gran predilección por las propuestas de diseño audaces. En Italia, existe la tradición de celebrar el diseño en la vida cotidiana, por lo que las personas pueden ser más receptivas a formas expresivas o materiales suntuosos como el mármol, el vidrio y el cuero, y esperan cierto nivel de comodidad y lujo, incluso en piezas modernas.
- ¿Durante estos 13 años como Mist-o Studio qué es lo que habéis aprendido? ¿Ha habido algún proyecto que haya representado un punto de inflexión en vuestra trayectoria?
Mirando hacia atrás, hemos aprendido innumerables lecciones, tanto sobre el diseño en sí como sobre cómo dirigir un estudio de diseño. Una de las lecciones más importantes es la importancia de una comunicación clara y de estar abiertos a las ideas. Como codiseñadores de diferentes culturas, tuvimos que aprender a fusionar nuestras visiones sin dejar que el ego interfiriera demasiado. Implica mucho ensayo y error, y a veces un proyecto puede tardar años desde el concepto inicial hasta su lanzamiento al mercado.
Mantén la curiosidad y la apertura, adáptate a los nuevos tiempos y déjate influenciar por lo que te rodea, pero sin perder de vista tu propia visión. Es importante evolucionar sin limitarse a seguir las tendencias, manteniendo un equilibrio entre la flexibilidad y la fidelidad a lo que uno cree. Cada proyecto conlleva su propio contexto, desafíos e incertidumbres y, a menudo, no se sabe cuál será el resultado. Hemos comprendido que no se trata de perseguir la pieza icónica, sino de presentarse cada día y hacer el trabajo lo mejor posible. La constancia, la curiosidad y la voluntad de aprender y mejorar cada día marcan la verdadera diferencia. Mantenerse involucrado en el proceso es lo que te impulsa hacia adelante.
Minamo es una alfombra con un dibujo geométrico y regular que evoca una superficie de agua en calma, ligeramente ondulada por el viento. La edita Living Divani. Fotografía: Alberto Strada
- ¿Creéis que el diseño realmente mejora nuestras vidas?
Totalmente. El diseño no trata solo de hacer que las cosas se vean bien; en esencia, trata de resolver problemas y mejorar nuestra interacción con el mundo. Un objeto o espacio bien diseñado puede hacer que las tareas cotidianas sean más fáciles y agradables, incluso si al principio no lo notamos conscientemente. Cuando el diseño se hace bien y con empatía, tiene un impacto positivo en la vida diaria. Puede brindar alegría a través de la belleza, brindar comodidad mediante una mejor funcionalidad e, incluso, abordar desafíos mayores al hacer que las cosas sean más eficientes y sostenibles.
- ¿Qué retos y oportunidades veis en el futuro del diseño industrial?
El diseño, en su sentido más amplio, está evolucionando rápidamente, lo que genera tanto desafíos como oportunidades: fabricar productos duraderos, utilizar materiales de forma más inteligente y reducir los residuos innecesarios. Al mismo tiempo, a medida que el mundo se conecta más, existe una creciente reacción contra los productos uniformes y producidos en masa que se perciben baratos y sin alma. Las personas se sienten cada vez más atraídas por objetos con un sentido de pertenencia y cuidado, diseñados con atención al detalle, fabricados localmente cuando es posible y enriquecidos con artesanía. Incluso, cuando se producen en serie, existe el deseo de cosas que se sientan personales y únicas, como si estuvieran hechas a medida, objetos que resuenen con tu estilo de vida, tu espacio y tu forma de vivir.
Imágenes: cortesía del estudio
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