MINIMALISMO EN MINSK:
Encontrándose en un momento crucial de sus vidas, ya que se preparaban para recibir a un nuevo miembro en la familia, los propietarios de este apartamento buscaban un espacio donde poder desconectar del vibrante caos de su vida profesional. Ha sido la interiorista Anna Romanchik quien plasmó esa necesidad de refugio en esta vivienda de 128 m², ubicada en Minsk (Bielorrusia), combinando sencillez, texturas envolventes y líneas depuradas. Todo ello, acompañado de una iluminación cuidadosamente diseñada que realza cada rincón. El resultado demuestra cómo un diseño minimalista puede ser a la vez acogedor y lleno de significado.
Integrar la entrada, la sala de estar y la cocina en un único espacio
Uno de los aspectos clave del proyecto fue la integración de la sala de estar, la cocina y la entrada en un único espacio abierto. Esta decisión no solo amplifica la sensación de amplitud y luminosidad, sino que también responde a las necesidades de una familia activa. La entrada, sin embargo, recibió un toque especial: en lugar de los tradicionales armarios para ropa de abrigo, se diseñó un espacio central con una mesa y otomanas que imitan piedras naturales, convirtiéndose en el punto focal del recibidor. El almacenamiento para abrigos y calzado queda oculto tras un armario con espejo, reforzando así la estética ligera y despejada del apartamento.
El estar invita al confort con su amplio sofá, ideal tanto para reuniones familiares como para encuentros con amigos. A lo largo de una pared se extiende una biblioteca acompañada por una consola y una chimenea integrada cuyo diseño evoca sutilmente la idea de un hogar cálido y acogedor. La cocina, aunque compacta, ha sido diseñada con meticulosidad para maximizar su funcionalidad. Cada centímetro ha sido optimizado para facilitar las tareas diarias. Junto a ella, el comedor cuenta con una mesa para seis personas y una lámpara colgante que proyecta una luz suave y cálida.
Una atmósfera cálida y segura en el dormitorio principal
El dormitorio principal refleja la paleta cromática general del apartamento. Los paneles tapizados detrás de la cama, combinados con la iluminación ambiental, crean una atmósfera cálida y segura. En el vestidor contiguo, una singular instalación de ramas tras un cristal esmerilado cobra protagonismo: ubicada frente a un espejo, aporta un toque natural que suaviza el carácter minimalista del espacio y cumple además una función práctica. La pareja -que suele tomarse selfies con sus prendas favoritas para las redes sociales- encuentra en esta instalación un fondo impactante y lleno de significado personal.
La habitación de Mia fue concebida como un refugio luminoso y espacioso, equipado con una cama adicional pensada para una niñera o un abuelo. Los suaves detalles en rosa aportan calidez y encanto acogedor a este ambiente equilibrando la estética minimalista predominante en todo el apartamento. Una pintura encargada al artista Fyodor Bazhin representa a la familia, infundiendo al espacio ternura y valor sentimental.
Tonos neutros para unos interiores minimalistas
La paleta cromática, inicialmente tranquila y neutra, evolucionó hacia tonos más destacados -especialmente en la habitación infantil- donde se introdujo delicadamente un tono rosa para aportar calidez y suavidad. El resto del apartamento mantiene tonos neutros que priorizan las texturas y los detalles sobre los colores vibrantes. La única excepción en las zonas comunes es una mesa de centro de madera cuyo tono cálido contribuye a enriquecer sutilmente la armonía espacial.
Casi todas las piezas de mobiliario fueron diseñadas a medida por Anna Romanchik, haciendo especial énfasis en los materiales con texturas. Esta cuidadosa selección garantiza que la vivienda -visualmente sobria- transmita también calidez y confort, logrando así un equilibrio perfecto entre funcionalidad estética y bienestar cotidiano.
LAS IMÁGENES DE LIZAVETA KULENENOK:
FICHA TÉCNICA:
- Proyecto: Vivienda en Minsk.
- Ubicación: Minsk (Bielorrusia).
- Superficie: 128 m².
- Completado: 2023.
- Autora: Anna Romanchik.
- Estilismo: Tatiana Guzik.
Mobiliario:
- Armarios y muebles empotrados: Romel Studio.
- Muebles tapizados: Malevich.
- Mesa de centro: Mexo.
- Sillas de comedor: Sandalyeci.
- Mesa de hormigón del pasillo: diseño de Anna Romanchik.
- Silla de la habitación infantil: Qeeboo.
Baños:
- Bañera: Jacob Delafon.
- Lavabo baño principal: Laufen.
- Grifos: Boeheme.
Alfombras:
- Salón: Louis de Poortere.
- Dormitorio: Ragolle.
- Dormitorio infantil: Balta.
Fotografías: Lizaveta Kulenenok.
SOBRE ANNA ROMANCHIK:
Anna Romanchik es una diseñadora de interiores y muebles bielorrusa, fundadora de Romel Studio. Con formación en ingeniería de diseño de muebles y un diploma de la prestigiosa escuela de diseño Details en Moscú (Rusia), lleva más de una década diseñando interiores tanto privados como públicos.
Su estética se basa en el clasicismo francés y la disciplina minimalista. Anna suele alejarse de los esquemas puristas, introduciendo toques modernistas a través de combinaciones de materiales característicos, en particular cuero y metal, mientras fundamenta sus espacios en texturas orgánicas como madera, piedra y tejidos con textura.
En el corazón del proceso de diseño de Anna, reside una profunda curiosidad por las personas. Su mayor inspiración proviene de la vida de sus clientes. Su enfoque se basa en la observación y la empatía: rituales cotidianos, libros, películas, recuerdos de viajes… A menudo, es el más mínimo detalle el que revela la esencia emocional de un proyecto. Esta sensibilidad le permite crear interiores que no solo parecen bien diseñados, sino que también son verdaderamente habitados: espacios que reflejan el paisaje interior de quienes los habitan.
Fuente: Elizabeth Ulasen
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