APARTAMENTO EN MOSCÚ:
El estudio Ekaterina Subbotina Interiors llevó a cabo la transformación de un apartamento de tan solo 65 m² en Moscú (Rusia), demostrando que el minimalismo no está reñido con la calidez ni con la funcionalidad. Concebido para una pareja joven y su hijo pequeño, el proyecto apuesta por una estética serena, matizada con piezas vintage cuidadosamente seleccionadas, que aportan carácter y memoria al espacio. El resultado es un interior equilibrado, donde conviven de forma orgánica zonas comunes para la vida familiar y rincones privados pensados para el trabajo individual.
El diseño responde a las necesidades de una pareja joven con un hijo en edad escolar, ambos profesionales del diseño y la postproducción, que tras varios años viviendo y trabajando en Japón, buscaban trasladar a su nuevo hogar en Moscú una estética serena y funcional. El objetivo principal era crear un interior acogedor, cálido y minimalista, con acentos vintage que evocaran memorias y personalidad sin sobrecargar el espacio.
Rincones privados y espacio para el encuentro familiar
Dado que los clientes pasan muchas horas frente al ordenador, se planteó una distribución que ofreciera rincones de trabajo y recogimiento individual, sin renunciar a una zona común para el encuentro familiar. En palabras de la diseñadora: «Quería crear un espacio donde cada persona tuviera su propio lugar para la soledad y el trabajo, y al mismo tiempo permitir que toda la familia se reuniera en el salón para los desayunos de fin de semana, las cenas, el descanso compartido y ver películas. Era fundamental contar con una iluminación cálida y tenue, un lugar para un árbol de Navidad y un gran ventanal sin cortinas pesadas que ofreciera una hermosa vista de Moscú».
Originalmente, el apartamento contaba con dos largos pasillos que suponían una superficie de 13 m², lo cual representaba un importante espacio con respecto a la superficie total. La interiorista eliminó uno de ellos, que tenía puertas hacia las distintas estancias, y se integró con una de las habitaciones inicialmente destinadas a cuarto infantil, generando así un amplio espacio que ahora alberga la sala de estar y el comedor. La cocina, de dimensiones reducidas, se ubicó discretamente en un nicho.
Cálida madera de aliso
El dormitorio se dividió en dos zonas diferenciadas (un área de trabajo y una zona de descanso) y en lugar de una puerta practicable se puso una puerta corredera de gran altura. Durante el día, ésta permanece abierta, dejando visible únicamente el escritorio desde la sala de estar, lo que aporta ligereza visual y una mayor sensación de amplitud al conjunto.
La mayoría de las superficies y elementos del interior están revestidos en chapa de aliso. Esta madera, de textura cálida y vetas sutiles casi imperceptibles, aporta profundidad y riqueza visual, evitando que la estética minimalista resulte fría o monótona. Uno de los recursos más acertados, según la autora, es el portal de madera que enmarca el gran ventanal del salón: «no solo ofrece una superficie horizontal funcional, sino que actúa como un elemento de acento que invita a acercarse y contemplar la belleza de la ciudad». Este madera se combina con el blanco lechoso, los tonos cálidos de madera dorada, algunos toques de negro y el rojo cálido como acento principal del interior.
Una base contemporánea aderezada con piezas vintage
Tanto los clientes como la diseñadora compartían el deseo de equilibrar una base contemporánea con piezas vintage icónicas que, según Subbotina, parecían «llegar solas, como si nos estuvieran esperando». Fue el caso del sillón rojo de cuero diseñado por Pierre Gauriche en la Space Age, descubierto en la galería Beke, cuya elección fue inmediata y unánime. Lámparas emblemáticas de Isamu Noguchi y Louis Poulsen completan la atmósfera, aportando una dimensión atemporal al conjunto. A este diálogo entre pasado y presente se suman las fotografías de Irina, la propietaria del apartamento: imágenes en película capturadas durante su estancia en Japón, que refuerzan el carácter íntimo y personal del espacio.
Un proyecto concebido en un solo día
Ekaterina Subbotina admite que siente un cariño especial por este proyecto: «Lo concebí en un solo día y, además, fue muy fácil de llevar a cabo». Los clientes la contactaron a través de una red social para que les ayudara a refinar, desde el punto de vista estilístico, un proyecto ya terminado por otro diseñador. Los obreros estaban prácticamente en la puerta, listos para empezar. «Mi mayor logro fue lograr convencerlos de cambiar la distribución». En menos de una semana, el proyecto fue completamente replanteado y se dio inicio a la obra. Todo el trabajo se desarrolló sin visualizaciones, apoyándose únicamente en un par de collages.
LAS IMÁGENES DE LIZA GUROVSKAYA:
FICHA TÉCNICA:
- Proyecto: Diseño interior de un apartamento.
- Ubicación: Moscú (Rusia).
- Superficie: 65 m².
- Completado: 2025.
- Autora: Ekaterina Subbotina Interiors.
Mobiliario:
- Cocina, muebles empotrados, carpintería y muebles de baño: fabricados a partir de los bocetos de la diseñadora en Chilis Studio.
- Tablero de roble macizo: de Woodcraft Studio.
- Mesa de comedor, muebles infantiles y espejo del pasillo: de Coma Coma.
- Muebles tapizados y camas: de Idealbeds.
- Sillas vintage: diseñadas por Marcel Breuer, en la Galería Beke.
- Sillón vintage: Luna, diseñado por Pierre Gauriche, en la Galería Beke.
Iluminación:
- Iluminación: de Isamu Noguchi y Louis Poulsen.
Textiles:
- Textiles: de Podi Home.
Estilismo: Svetlana Nosova.
Fotografías: Liza Gurovskaya. Interior Photography.
PLANIMETRÍA:
SOBRE EKATERINA SUBBOTINA INTERIORS:
Ekaterina Subbotina Interiors es un estudio ruso de arquitectura y diseño de interiores con proyectos donde la funcionalidad y la estética conviven en equilibrio. Su trabajo se basa en una planificación racional del espacio, que se traduce en conceptos sólidos, proyectos ejecutivos precisos, seguimiento en obra y una cuidada selección de materiales y piezas.
Con un enfoque respetuoso hacia el cliente y el entorno, el estudio integra la historia del lugar, la tecnología actual y una sensibilidad cultural en cada trabajo. Los interiores resultantes combinan claridad funcional y expresividad contenida, con una ejecución rigurosa y atención al detalle en cada etapa del proceso.
Fuente: Liza Gurovskaya
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