Retratos en la Home y en el post: Marc Torra (Fragments)
MAITE PRATS:
La interiorista Maite Prats se graduó en Diseño de Interiores en Dissenyadors, Interioristes i Arts de Catalunya (DIAC) y realizó un máster en arquitectura efímera en la escuela Elisava de Barcelona. En 1992, entró a trabajar en varios despachos de arquitectura hasta que fundó su propia firma, Estudi Maite Prats Arquitectura Interior, ubicado en Banyoles (Girona). Forman parte del equipo las arquitectas Mariana Colmenero y Aurora Gavaldà, y el arquitecto Guillermo Corsunsky.
En Estudi Maite Prats Arquitectura Interior, realizan proyectos de arquitectura e interiorismo, tanto de rehabilitación como de obra nueva. Entre ellos destacan viviendas, locales comerciales, hoteles, clínicas, oficinas y escuelas de música y danza. Asimismo, han participado y ganado varios concursos a nivel nacional, y sus proyectos han sido recogidos en destacados medios del sector.
Lograr el equilibrio entre el espacio, las personas y los objetos
Para el estudio, cada proyecto supone un reto a la hora de estudiar las complejidades del espacio, las proporciones, la iluminación y los materiales. El objetivo es encontrar el equilibrio entre el espacio, las personas que lo conviven y los objetos, intentando que cada trabajo tenga su esencia y su personalidad, cuidando en todo momento el detalle.
Con un estilo contemporáneo pero atemporal, cálido y ordenado, Maite Prats busca en sus proyectos el equilibrio entre la funcionalidad y los materiales nobles. Su intención es lograr una sencillez visual que transmita confort y coherencia entre el espacio y quien lo habita, además de una belleza que perdure en el tiempo.
Conversamos con la interiorista sobre su proceso creativo, las claves para realizar un buen proyecto, la elección de materiales, etc.
MAITE PRATS ARQUITECTURA INTERIOR EN INTERIORES MINIMALISTAS

Diseño de las oficinas de Gisce TI en Girona. Fotografía: Marc Torra (Fragments)
LA ENTREVISTA:
- ¿Cuál es la clave para llevar a cabo un buen diseño interior? ¿Qué es para ti un buen proyecto?
Para mí, es muy importante que en un proyecto no haya nada gratuito, que todo tenga un porqué y que todo fluya con naturalidad, sin nada forzado. Para hacer un buen proyecto es esencial comenzar con un buen programa de necesidades. Es un reto conseguir que el proyecto responda a todo lo que el cliente pide y, al mismo tiempo, poder aportar algo más: resolver problemas y sorprender con soluciones que él no había imaginado y que acaban siendo mejores de lo que deseaba.
Un buen proyecto es aquel en el que te sientes bien sin saber exactamente por qué. Cuando todo está en su sitio, bien proporcionado, funcional, con una circulación fluida y una iluminación natural bien equilibrada. Me gusta que haya conexiones visuales, relación entre interior y exterior, que la mirada se extienda y se perciba la vegetación. La paleta de colores, los materiales y las texturas son fundamentales para que el espacio sea coherente, cálido y sereno.
- ¿Cómo describirías tu estilo y qué elementos crees que lo definen?
Mi estilo es contemporáneo pero atemporal, cálido y ordenado. Busco el equilibrio entre la funcionalidad y los materiales nobles. Me interesa lograr una sencillez visual que transmita confort y coherencia entre el espacio y quien lo habita.
La luz natural es esencial: necesito que el espacio respire, que haya una relación fluida entre el interior y el exterior. Me gustan los espacios abiertos, las transparencias y los juegos de sombras y reflejos que aportan ritmo y profundidad.
Trabajo a menudo con madera natural, hierro, hormigón, piedra, microcemento, tejidos y fibras naturales. Los tonos neutros y los acabados honestos aportan serenidad y autenticidad.
Cada proyecto tiene su propia personalidad y esencia. Cada intervención se concibe desde las personas que lo vivirán o trabajarán en él.

Diseño interior de una vivienda en Girona. Fotografía: Marc Torra (Fragments)
- ¿Qué es lo que quieres aportar al briefing que te presenta el cliente?
Quiero aportar una manera de crear espacios desde la calma, la coherencia y una atmósfera luminosa y serena. Cada proyecto es una oportunidad para hacer que el espacio respire y conecte con quien lo va a vivir.
Trabajo con materiales naturales y busco una sensación de orden, equilibrio y bienestar. Mi objetivo es que cada interior transmita serenidad, autenticidad y una belleza que perdure en el tiempo.
- Desde la primera reunión con el cliente hasta el momento en que el proyecto cobra vida, ¿cómo se desarrolla tu trabajo?
El proceso empieza siempre con una conversación. Para mí, es esencial entender quién es el cliente, cómo vive y qué necesita antes de dibujar nada. Después, comienza una fase conceptual en la que definimos la esencia del proyecto: trabajamos la distribución, la iluminación, la materialidad y la sensación que queremos transmitir. A continuación, llega la fase técnica, donde todo lo emocional se transforma en realidad: planos, detalles, materiales y coordinación con industriales. Finalmente, durante la ejecución, me implico muy de cerca para que cada decisión mantenga el sentido original del proyecto. Es en ese momento cuando los espacios empiezan a respirar y la luz se mezcla con las texturas: el proyecto cobra vida.
- El interiorismo está muy ligado a la emoción y a la experiencia sensorial. ¿De qué manera intentas generar sensaciones a través de la luz, los colores o las texturas?
La luz es el hilo conductor de mi trabajo: define volúmenes, da ritmo a los materiales y crea emoción. Me gusta observar cómo cambia a lo largo del día y cómo puede transformar un mismo ambiente.
Trabajo con una paleta de colores que acoge, no que grita: tonos naturales, terrosos y neutros que permiten que la luminosidad sea la protagonista.
Las texturas aportan la parte más sensorial: la calidez de una madera, la rugosidad de una piedra o la suavidad de un tejido crean una conexión directa con quien habita el espacio.
Intento que todo transmita paz y autenticidad, que el ambiente emocione sin querer impresionar. Cuando un espacio te hace sentir bien sin saber por qué, es que todo está en equilibrio.

Escola del Foment de Girona. Fotografía: Marc Torra (Fragments)
- ¿Cómo integras la sostenibilidad en tus proyectos?
En mi opinión, la sostenibilidad no es una tendencia, sino una actitud. Un espacio sostenible es aquel que no necesita ser sustituido constantemente, porque está bien pensado y mantiene su valor en el tiempo. No se trata solo de elegir materiales ecológicos, sino de proyectar con conciencia: respetar la arquitectura existente, aprovechar la luz del día y diseñar espacios que respiren sin excesos. También entiendo la sostenibilidad desde una dimensión emocional: crear espacios que generen bienestar y serenidad.
Cada proyecto debe ser sostenible porque es atemporal, natural y respetuoso con el entorno y con quien lo habita.
- ¿Qué papel juega la colaboración con otros profesionales -arquitectos, artistas, artesanos- en tu proceso?
La colaboración es fundamental. Permite que el proyecto gane coherencia y profundidad, porque cada uno aporta una mirada propia. Para mí, también es esencial el equipo que tenemos en el estudio: gracias a su implicación, rigor y sensibilidad, los proyectos toman forma y se convierten en procesos muy enriquecedores. Trabajar con un equipo que comparte la misma manera de entender el espacio y el detalle, hace que cada proyecto sea una experiencia compartida y muy viva.
El arquitecto aporta coherencia estructural, el artesano encuentra la esencia de los materiales y el artista introduce emoción y singularidad. Cuando estos lenguajes dialogan con respeto, surge una belleza más profunda. Creo que la colaboración es lo que convierte un espacio en una obra viva.
- Mirando hacia atrás, ¿hay algún proyecto que consideres un punto de inflexión en tu carrera?
Hay proyectos que dejan huella porque te ayudan a entender quién eres como profesional. El interiorismo va mucho más allá de crear estética: es hacer sentir, hacer respirar el espacio, conseguir que la gente se sienta bien, sin artificios.
Varios proyectos me han ayudado a definir un estilo propio -sereno, esencial y honesto- y me han hecho ver que la belleza a menudo está en aquello que no se ve, pero se percibe.

Rehabilitación de una vivienda en Banyoles (Girona). Fotografía: Medir Cucurull
- ¿Crees que la tecnología y la inteligencia artificial cambiarán la forma de concebir los espacios?
La tecnología y la inteligencia artificial pueden ser grandes aliadas si se utilizan con sentido. Forman parte de nuestro día a día, pero deben estar al servicio de las personas y del espacio, no ser el centro. La IA puede optimizar procesos, pero la emoción de un espacio sigue siendo humana: la luz natural, la textura, el silencio, las proporciones. Creo en una convivencia entre artesanía e innovación, entre lo digital y lo sensorial. La tecnología debe estar presente, pero con discreción y humanidad.
- ¿Prefieres renovar un espacio antiguo con un pasado o proyectar espacios totalmente nuevos?
Me emociona trabajar en lugares con historia, porque hay una memoria que puedes reinterpretar. Me gusta restaurar sin borrar, dar continuidad a lo que ya existía. Pero también me atrae el reto de un espacio nuevo, donde hay que dar identidad desde el vacío. Al final, lo que me interesa no es si el espacio es viejo o nuevo, sino el alma que puede tener.
- ¿Qué nos puedes decir sobre los materiales en interiorismo? ¿Tienes algún material predilecto?
Me atraen los materiales naturales, aquellos que tienen textura, que se pueden tocar y que cambian según la luz y el paso del tiempo. Son materiales honestos y vivos. La madera es probablemente el que más utilizo: aporta calidez, equilibrio y proximidad. La piedra transmite solidez y silencio. Los tejidos naturales aportan confort y suavidad. También trabajamos con hierro negro, un material que aporta estructura y contraste. Nos permite definir detalles precisos y muy cuidados.
En el estudio desarrollamos muchas piezas a escala real para afinar cada encuentro y llegar al grado de detalle que queremos.
Me interesa mucho el diálogo entre materiales, que no compitan, sino que convivan con naturalidad. Creo que la belleza de un material está a menudo en su imperfección controlada: cuando todo es demasiado perfecto, el espacio pierde emoción. No busco materiales espectaculares, sino aquellos que transmiten calma, veracidad y atemporalidad.

Proyecto de interiorismo y rehabilitación para Cus, estudio-taller de moda sostenible en el centro de Barcelona. Fotografía: Marc Torra (Fragments)
- ¿Qué proyecto te gustaría llevar a cabo y aún no te han encargado?
Uno de los proyectos que me gustaría retomar es el diseño de un hotel. En su momento, tuvimos la oportunidad de participar en el proyecto del Mas Lazuli y fue muy gratificante poder dar forma a un espacio que combina arquitectura, interiorismo y paisaje.
Me gustaría desarrollar un nuevo proyecto que integre confort, identidad y una relación armónica con su entorno. Reflejar valores como la calma, la luminosidad y la conexión con la naturaleza, con una visión actual y sostenible.
- ¿En qué proyectos estáis trabajando ahora?
En este momento, estamos trabajando en varios proyectos muy diferentes entre sí, lo que hace que el trabajo sea especialmente estimulante. Estamos desarrollando un edificio de apartamentos en Tamariu, un proyecto muy ligado al paisaje y a la luz mediterránea. También estamos realizando una vivienda de obra nueva, la reforma integral de un piso en el Barri Vell de Girona, un proyecto donde la preexistencia tiene mucho peso y buscamos equilibrar historia y contemporaneidad.
Paralelamente, trabajamos en un proyecto de oficinas, la rehabilitación de un palacete en el Alt Empordà, una reforma de una casa típica en Empuriabrava junto al canal y varias intervenciones puntuales en viviendas, con proyectos de mobiliario auxiliar.
A pesar de la diversidad de programas y estilos, todos los proyectos comparten la misma esencia: trabajar el espacio con coherencia, una iluminación serena y respeto por su entorno.

Vivienda unifamiliar en Banyoles (Girona). Fotografía: Marc Torra (Fragments)
Imágenes: cortesía de Estudi Maite Prats




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