La Casa BA es un claro ejemplo de como el hormigón se convierte en un poderoso aliado del diseño interior mientras conserva su esencia como material arquitectónico. Proyectada por BAK Arquitectos, esta vivienda se suma a otras realizadas por el despacho argentino cuya seña de identidad es la utilización de este material industrial para convertirlo en protagonista de un ambiente doméstico.
La vivienda está situada en un pequeño condominio de 16 parcelas en una zona del «conurbano» bonaerense, que gracias al trazado de un autopista se está transformando en un lugar de primeras residencias. Su emplazamiento frente a los terrenos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) le garantiza seguir manteniendo a largo plazo una situación privilegiada tanto por la calidad de vida del lugar como por su valor paisajístico.
Sin embargo, esta idílica ubicación iba acompañada de algunas cuestiones relacionadas con la seguridad: era un lugar apartado y con pocos habitantes permanentes y, además, iban a ser los primeros vecinos en habitar el pequeño condominio. Por supuesto, la cuestión de la seguridad debía resolverse sin que se resintiera la integración interior-exterior, un aspecto irrenunciable en todas las obras del estudio. Además, si bien en la casa sólo se iba a alojar un matrimonio debía ser lo suficiente flexible para poder recibir muchos visitantes, alojar ocasionalmente a sus hijos y debía desarrollarse en una sola planta.
Como en otros de sus trabajos, el estudio encaró el proyecto como “una oportunidad de investigar en el campo teórico-práctico de la arquitectura”. En esta ocasión, ya que el factor de la seguridad tenía especial fuerza, decidieron ver hasta donde ese fuerte condicionante podía ser tomado como generador del proyecto. “Hasta donde la formalización se hacía dependiente de la solución del problema y hasta donde se podía tensar esa dependencia sin afectar el buen resultado estético, siempre operando dentro de costes estándares para una vivienda.”
Este condicionante llevó a los arquitectos a proponer una casa que se extendiera hasta las medianeras para tener sólo dos frentes vulnerables. De esta manera, las dos fachadas de casi14 mde largo se transformaron en elementos esenciales del proyecto. De esta primera decisión y de la necesidad de resolver el proyecto en planta baja surge casi de forma natural la propuesta de crear patios internos. Con ellos podía llegar luz natural y ventilación cruzada a todos los espacios de uso.
Se propuso entonces una casa de una planta dividida en 12 módulos espaciales de3,30 mde lado: cuatro de frente y tres de fondo. Dos de ellos se han “vaciado” y se proponen como pequeños patios interiores con la vegetación y el agua como protagonistas de cada uno de ellos. Estos espacios sin techo se suman a las estancias contiguas, otorgándoles una sensación de mayor amplitud y una atmósfera que se transforma a medida que cambia la luz con el paso de las horas. Además, ofrecen un pedazo de cielo y del paisaje circundante desde los más variados ángulos de la planta.
La fachada principal se diseñó como un plano compuesto por piezas de madera de quebracho apiladas que otorga intimidad a los ambientes que dan a esta parte de la casa y al mismo tiempo que resuelven el tema de la seguridad. En el lado, el sistema de seguridad debía ser de funcionamiento rápido y coste razonable. La propuesta fue una persiana metálica enrollable que cuando se abre queda oculta dentro de unas vigas invertidas del techo y se acciona pulsando una tecla.
La casa está retirada de la calle interna del condominio por un jardín y un solado, realizado con durmientes de quebracho enterrados en la tierra, apto para estacionar un automóvil. Como la vivienda llega de medianera a medianera fue necesario proponer, además de la entrada principal, otra de servicio que posibilitara una entrada directa al fondo de la parcela para poder llevar a cabo el mantenimiento.
A las dos puertas se accede a través de un semicubierto. La puerta principal se abre a un único espacio, con el patio de agua y el patio verde como protagonistas principales. A un lado de este espacio y protegidos de las vistas por un tabique colgante, se encuentran los dormitorios y los baños. En el extremo opuesto, se ubican la entrada de servicio, la cocina y el lavadero. Al fondo, las diferentes actividades de la casa se extienden en un semicubierto que va de medianera a medianera, de manera que se desdibujan los límites entre interior y exterior. La casa se vincula con la piscina a través de un solárium.
Estructuralmente, la planta de la casa (13,70 x 13 m) está cubierta por una serie de losas de hormigón armado, con vigas invertidas en todo su perímetro que esconden el contrapiso de pendiente y la membrana hidrófuga. Estas losas descansan en los dos laterales medianeros y en una serie de tabiques internos, dispuestos según la grilla modular y “con espesor” para funcionar también como espacios de almacenaje.
El cierre de la fachada requirió de un estudio detallado ya que debía ser un elemento que permitiera la entrada de luz y al mismo tiempo contribuyera a la seguridad de la casa. Por razones estéticas y facilidad de construcción, se optó por apilar «in situ» durmientes de quebracho cortados por la mitad, encolados y enhebrados entre sí y con piezas separadoras del mismo material mediante varillas roscadas de hierro.
En el resto de la casa, el protagonista es el hormigón armado y fue dejado a la vista sin ningún tipo de tratamiento superficial, salvo en los dos tabiques medianeros ya que por su exposición a la intemperie se consideró necesario aplicar en la cara interna un revestimiento de placas de MDF enchapadas en madera de guatambú con una cámara de aire que resolviera el aislamiento térmico.
Para poder pasar las cañerías, se han levantado sólo tres tabiques internos de mampostería que rodean los baños. Los pisos, tanto los interiores como los exteriores son de cemento pulido separados por planchuelas de acero inoxidable. Las mesadas de baños y cocina son losas de hormigón con su superficie alisada y protegida por una laca. Las aberturas son de aluminio anodizado color bronce oscuro con vidrios con cámara de aire. La calefacción es por piso radiante. Los muebles de cocina y todas las puertas de los diferentes guardados son de placas de MDF enchapadas en madera de guatambú.
Ficha técnica:
- Proyecto: Casa BA.
- Ubicación: Villa Udaondo, Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires – Argentina.
- Arquitectos: María Victoria Besonías, Guillermo de Almeida, Luciano Kruk.
- Superficie del terreno: 418,53 m2.
- Superficie construida: 190,50 m2.
- Año de construcción: 2011.
- Fotografías: Gustavo Sosa Pinilla (www.sosapinilla.com.ar/)
Sobre BAK Arquitectos:
BAK Arquitectos es un estudio bonaerense, creado en el año 2000 e integrado por los arquitectos María Victoria Besonías (Madrid, 1947), Guillermo de Almeida (Buenos Aires, 1945) y Luciano Kruk (Buenos Aires, 1974). Sus trabajos han sido premiados en diferentes ocasiones, expuestos en bienales y congresos, y publicados en numerosos medios especializados. Los tres titulares cuentan con experiencia como docentes de Arquitectura.
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Planimetría:
Información e imágenes facilitadas por BAK Arquitectos
2 Comments
Es una casa genial! Des de aquí me gustaría mandar la enhorabuena por un trabajo tan bien hecho! Y a los clientes por ser tan arriesgados 🙂
Un saludo,
Vanessa Pascual Interiorista
Una bonita vivienda, con una forma muy interesante de utilizar el hormigón, tanto en el exterior como en el interior.