Fotografía: Diego Íñiguez
GIULIO IACCHETTI:
Hace tres semanas, el diseñador industrial Gulio Iacchetti (Cremona, 1966) visitaba Barcelona con motivo de la celebración del Italian Design Day. Este evento, compartido por cien ciudades alrededor del mundo, se celebró en la sede del IED Istituto Europeo de Design y estuvo organizado por el Consulado General de Italia, el Istituto Italiano di Cultura y la Cámara de Comercio Italiana de Barcelona.
Iacchetti compartió su papel de embajador del diseño italiano junto al también embajador, diseñador y amigo Odo Fioravanti, quienes presentaron juntos la exposición y performance «Ferri Taglienti. Designing ecotools for future agricultura», un interesante proyecto que nace del interés común de ambos diseñadores por las herramientas de trabajo rurales, reinterpretadas bajo el prisma del diseño contemporáneo.
Sin embargo, la historia profesional de Iacchetti comienza en 1992 y, entre los premios cosechados, figuran dos prestigiosos Compasso d’Oro ADI. El primero de ellos lo consiguió, en 2001, con el cubierto multiuso biodegradable Moscardino, que hoy forma parte de la exposición permanente del MoMA de Nueva York, y el segundo (2014,) con la serie de bocas de alcantarilla Sfera, diseñadas para Montini. También le aportó un destacado premio, el proyecto Coop. Eureka, con el que acercó el diseño al comercio minorista a gran escala.
Inquieto diseñador, el catálogo de Iacchetti abarca una amplía tipología de proyectos enmarcados en el diseño de producto, de mobiliario, de iluminación y de diseño gráfico, la dirección de arte y los espacios expositivos. Uno de sus trabajos más curiosos fue el diseño de tres tablas de surf, cuyas formas provienen de una combinación de referencias, tanto por la elaboración numérica del procesamiento de archivos 3D, como por su inspiración en tres animales marinos: la orca, el delfín y el tiburón.
En noviembre 2012 y fruto de su interés por la evolución de la relación entre artesanía y diseño, presentó Internoitaliano, la «red de fábricas» formada por muchos talleres de artesanos con los que firma y produce muebles y accesorios inspirados en la forma de vida italiana.
Paralelamente a su trabajo como diseñador, Giulio también es profesor en varias universidades y escuelas de diseño, y como él mismo nos dijo «el diseñador es un desobediente por naturaleza. El mundo sigue hacia adelante gracias a la desobediencia.»
LA ENTREVISTA:
¿Por qué escogiste ser diseñador industrial?
No lo elegí, estaba ya en mi vida, pero no era consciente. Intenté ir a escuelas, pero no eran las correctas y así aprendí la primera lección de mi vida: es muy importante equivocarse, quien no se equivoca no aprende. Entonces, volviendo al pasado, me di cuenta que de pequeño creaba aquellos objetos que necesitaba y tenían un sentido. Mi familia era numerosa y bastante precaria económicamente, lo que fue un estímulo muy importante para diseñar. Las estrecheces económicas te enseñan a resolver los problemas con lo poco que tienes al alcance.
¿Podrías decirnos cómo ha evolucionado el diseño industrial desde 1992 (cuando tú empezaste) hasta ahora? ¿Cómo es para ti el diseño actual y hacia dónde crees que va?
Desde el 92 hasta ahora, las fronteras del diseño se han abierto mucho. Mi inclinación personal siempre ha sido no hacer diferencias entre una empresa u otra, porque al final un diseñador es un técnico, no es un esteta, no es un romántico o un intelectual, es un técnico al servicio de la empresa. Este concepto es para mí lo que ha cambiado.
¿Qué es lo que más valoras en un diseño? Forma, función, materiales,…
Siempre que vemos un objeto tendemos a disgregarlo: función, forma, estética, belleza, peso, calidad, materiales, acabados, etc. Pero esto es un paso que llevamos a cabo mediante nuestra inteligencia, en nuestra cabeza. Es como si yo mirara a una chica y me fijase en la piel, los zapatos, el anillo, el pelo, etc. Una persona te puede gustar o no gustar, pero no te preguntas qué te atrae. Si te gusta, te gusta, luego ya verás lo que no te gusta de ella porque, en principio, lo que te impacta son sus cosas positivas.
En un producto ocurre lo mismo: un producto es aquel que, en el momento de verlo, no puedes separar objetivamente en función, estética, forma, etc. Éste es el diseño que funciona. Cuando no funciona, entonces sí que te fijas en el acabado, los materiales, etc. Nuestro trabajo consiste en unir todas estas cosas y crear un objeto único.
¿Cómo trabajas una idea? ¿Cuál es tu proceso creativo?
Mi proceso creativo es diseñar continuamente, diseñar y diseñar. Yo diseño mucho, diseño siempre. De pronto, me sale bien una cosa y vuelvo a rediseñarla. Me gusta diseñar, es una elaboración aparentemente compleja, pero luego, el diseño viene a ti. Entras en una especie de atmósfera de mantra en la que dejas que la mano funcione sola y resuelva con el diseño el objeto.
Silla Cartalegno para Alf Da Frè
Has creado una gran variedad de objetos. ¿Hay alguno que te gustaría diseñar especialmente y aún no lo has diseñado?
Sí, me encantaría diseñar un instrumento musical, porque aunque ya esté inventado, cada generación necesita rediseñar e inventar un instrumento. Además, es muy importante porque representa el emblema de la inutilidad.
Yo vengo de Cremona, la ciudad de los violines. Un violín no te sirve para nada, obviamente nos sirve, la música nos hace bien, pero no tiene una función precisa y esto me interesa.
¿Tienes en cuenta la sostenibilidad en tus diseños? ¿Crees que los diseñadores actuales tienen mucho más en cuenta este concepto que cuando tú empezaste?
Creo que es un sentimiento común a todos los diseñadores considerar el tema de la sostenibilidad, pero depende de lo que se entienda por sostenibilidad. Para mí, la verdadera sostenibilidad es hacer un objeto que perdure en el tiempo, que tenga un sentido ahora y que funcione también años después, que lo puedan utilizar nuestros hijos. No me interesa un objeto muy ecológico diseñado para que dure muy poco tiempo y tengas que tirarlo. En este sentido, no me interesa la sostenibilidad. Considero que no es ecológico tirar una cosa que podría haberse diseñado para que conservara su función durando un largo período de tiempo.
En 2009, a ti y a tu socio el presidente de la República italiana os concedió el Premio de Premios por vuestro proyecto Eureka Coop. Un galardón que se os otorgó por ser «actores de la innovación, apoyando su papel en el desarrollo social, económico y científico del país». ¿En qué consistió y que te aportó este proyecto?
Para mí, este proyecto ha sido el más importante de mi vida profesional. Es muy bonito diseñar objetos para todos. La Coop. es una cadena de supermercados italiana. Se trata de la sociedad de distribución más grande de Italia, se llama así porque es una Cooperativa. En Italia son socios de la Coop. más de ocho millones de italianos, pero no conocían el diseño aplicado al supermercado.
Sólo existen dos impedimentos que hacen que las personas no puedan utilizar un objeto. El primero es un impedimento cultural: cuando tú diseñas un objeto un poco fantasioso etc. y las personas normales no lo entienden, se necesita haber estudiado diseño o arquitectura para entender ciertas cosas, y éste es el impedimento más difícil de resolver. En este caso, solo una élite lo entiende.
El segundo impedimento es el precio justo: si un objeto es muy caro, impides que las personas normales puedan comprarlo. Lo entiendo, me gusta, pero no lo puedo comprar porque cuesta demasiado dinero.
Querían que nosotros nos encargáramos del tema del diseño en el interior del supermercado. El lema del proyecto de la Coop. era: Bien hecho, un coste bajo, buena función, hacerlo respetando el trabajo y accesible para todo el mundo.
También has ganado dos Compasso d’Oros junto a Matteo Ragni, uno, en 2001, por la cubertería multiusos biodegradable Moscardino y otro, en 2014, por la colección de tapas de alcantarilla Tombini. ¿Qué significa para un diseñador obtener dos veces este galardón?
Es bueno porque puedes alardear con los amigos, pero desde el punto de vista profesional es cero, no sirve para nada.
Tenedor-cuchara biodegradable Moscardino, diseñado junto a Matteo Ragni, (Compasso d’Oro 2011)
¿Nos podrías explicar con qué fin montaste Internoitaliano en 2012? ¿Qué significa producir muebles y accesorios inspirados en la forma tradicional de vivir italiana?
Hubo un momento en Italia, hace algunos años, que se consideraba que toda la capacidad artesana italiana era un problema. Porque parecía que el trabajo del artesano en Italia se tenía que preservar sólo de manera icónica y nostálgica, mientras el mundo iba evolucionando tecnológicamente, etc. Pero yo creo que no, el trabajo del artesano es muy importante, porque la calidad artesana no la puedes inventar.
Una tienda de ordenadores la puedes montar de California a China, un artesano italiano que trabaja la piel, la madera o el vidrio, no lo puedes llevar de Venecia a China, es en Venecia donde trabaja, es allí donde tiene la calidad. Éste es el tesoro de Italia.
Por este motivo pensé en crear Internoitaliano, esto es el valor de Italia y tenemos que partir de aquí. No es una cuestión icónica, es el futuro para hacer cosas, diseños de productos buenos porque son útiles, de buena calidad y funcionales, objetos reconocibles, para mí esto es importante.
Una silla debe ser una silla porque yo le enseño a mi madre un objeto de diseño y le pregunto qué es y no lo sabe. En cambio, si le enseño algún mueble de Internoitaliano y le pregunto qué es, dice: una silla, una mesa, etc. Se podría traducir en como no perder la actitud de ser una silla. El diseñador debe ser una persona que construya puentes del pasado hacia el futuro, debe haber una continuidad.
Sofá Meda para Internoitaliano producido por BertO
¿Qué tal fue la experiencia de diseñar tablas de surf?
Fue una gran experiencia, porque yo no sólo no soy surfista, sino que no sé nadar, odio el mar. Pero esto va bien porque un diseñador debe saber hacer lo que le propongan, no lo que sepa hacer. Tienes que escuchar al surfista explicar cómo debe ser una tabla de surf, buscar las mejores soluciones, averiguar lo que se puede mejorar en aquel objeto y hacerlo.
Un diseñador no puede ser elitista, tiene que ser un profesional desde abajo. Hoy diseño una tabla de surf, mañana algo totalmente distinto como unos cubiertos, no puedo ser un experto en todo. No se trata de un problema cultural, es que yo quiero ser así, porque si fuera un perfecto experto en tablas de surf, cualquier cosa que diseñara sería con forma de tabla de surf, una mesa, una silla, etc.
En referencia a la exposición y performance en directo “Ferri Taglienti. Designing ecotools for future agricultura”, que has realizado junto con Odo Fioravanti para el Italian Design Day en el IED, cómo surgió la idea y por qué.
Tanto Odo como yo nacimos en el campo y nos pareció buena idea hacer una nueva interpretación de las herramientas del campo para trabajar la tierra, la madera o cosechar el heno. Yo necesito actualizar a nuestra contemporaneidad objetos que son para mí una incógnita, como los que usaba mi abuelo en el campo, que yo ya no los he usado y que tal vez mi hijo no utilizará nunca. En mi opinión, nosotros siempre tenemos que rediseñarlo todo para actualizarlo a nuestra contemporaneidad.
¿Cómo escogisteis a los tres jóvenes diseñadores: Mario Scairato, Vittorio Venezia y Attila Veress, que os han ayudado en este proyecto?
A mí siempre me ha gustado trabajar con otros diseñadores porque es muy bonito y se puede ver de cuántas maneras distintas se puede hacer un mismo objeto. Estos tres diseñadores son amigos míos, han trabajado en mi estudio y sabía que eran muy capaces de hacer esto.
Todos estos objetos que forman parte de la exposición han sido realizados a gran velocidad, los artesanos han sido muy veloces y esto ha ocurrido así porque cuando tienes la pasión, las ideas claras, todo sale.
Has dedicado gran parte de tu vida a la docencia. ¿Cuáles son los principales valores del diseño que transmites a tus alumnos?
La duda es la desobediencia, hay que ser desobediente. La duda te dice esto ya no va bien y entonces empieza la desobediencia. La desobediencia no es un capricho, la desobediencia es una cosa dura porque es muy difícil salirse del mainstream y decir que hay otro modo de ver las cosas. El diseñador es un desobediente por naturaleza. El mundo sigue hacia adelante gracias a la desobediencia.
En este momento, cuáles son tus proyectos de futuro.
Se verán en el Salón Internacional del Mueble de Milán, son muchos los proyectos que estamos haciendo. En el estudio, la mitad de los trabajos son encargos que nos hacen y la otra mitad son objetos que hacemos porque nos gustan y después los presento a la gente. Por ejemplo, ahora, estoy diseñando unos zapatos que nadie me ha pedido, pero yo los diseño igual.
Instalación “Ferri Taglienti. Designing ecotools for future agricultura” en el IED Barcelona
Retrato del diseñador cortesía del IED Barcelona
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