TRABAJAR EN UNA CAPILLA:
El despacho belga Klaarchitectuur, fundado y dirigido por el arquitecto Gregory Nijs, transformó esta capilla del siglo XVI en su propio espacio de trabajo, en el centro de Sint-Truiden, en el sur de la provincia de Limburgo. El estudio de arquitectura realizó una espectacular intervención respetando el carácter histórico y el estado de la edificación para insertar en ella sus oficinas, cuatro cajas blancas y escultóricas que se elevan casi hasta llegar la techo. Otro de los puntos importantes fue devolver a la capilla su carácter público, abriéndola a los ciudadanos.
Gregory Nijs y Nadia Jottard, su compañera personal y profesional, adquirieron la capilla en 2013, cuando llevaba 50 años desocupada. El techo de madera de roble y el arco de piedra hicieron presuponer que, originalmente, fuera un granero. Por otra parte, el techo abovedado sobre el coro, las columnas decorativas y las ventanas dan fe de que el espacio fue utilizado como capilla, allá por el siglo XVIII. Ya en el siglo XX, se utilizaría como academia de arte, tribunal de paz y espacio de ensayo antes de caer en el abandono.
El proceso de diseño, explica el estudio, implicó encontrar «soluciones creativas a los desafíos típicos planteados por la renovación de un edificio histórico. Además, debido a que la capilla era un edificio protegido, el proyecto de renovación estaba sujeto a varias limitaciones». La solución pasó por erigir una construcción nueva, separada del edificio histórico y en intenso contraste, que ha permitido mantenido intacto el carácter de la edificación y el relato que ofrecen sus paredes.
Cuatro cajas blancas superpuestas.
La nueva composición, formada por cuatro cajas blancas superpuestas, se inserta en el interior como una construcción independiente. El volumen en planta baja contiene los lavabos y una zona de almacenaje. Además, una ducha independiente ofrece la oportunidad de una improvisada estancia nocturna. El primer y el segundo piso funcionan como espacios de oficina. La tercera planta está ocupada por la sala de reuniones, que atraviesa la fachada en voladizo, mientras se encuentra literalmente dentro del techo de la vieja capilla, mostrando las viejas vigas de madera. «Cada piso ofrece a los visitantes una experiencia y una vista completamente diferente del histórico edificio», explican los arquitectos.
Al visitar las oficinas, la escalera, que asciende alrededor de las cajas, se convierte en un paseo donde se intercalan algunas terrazas, actuando como puntos de relax. Esta escalera está fabricada con planchas de acero laminado y el tramo que conduce al primer piso está totalmente unida a la estructura, creando así la ilusión de que están flotando libremente en el espacio. Además de la escalera, se ha instalado un ascensor que hace que el edificio sea accesible para personas discapacitadas, está fuera de la vista al fundirse sutilmente el eje negro entre las cajas.
Espacio público en el corazón de la capilla.
Esta disposición permitió crear un gran espacio abierto en el corazón de la antigua capilla, un espacio atractivo y multifuncional que se puede utilizar para un amplio de actividades ciudadanas. «De esta manera, un edificio, que ha tenido muchas funcionalidades en el pasado y que ha desempeñado un papel crucial en la vida de tantas personas, puede volver a vivir y servir a toda una comunidad». Teniendo en cuenta el carácter parcialmente público del espacio, la escalera que sube a las oficinas puede cerrarse en su parte inferior con una puerta, que se abre y se cierra por medio de un imán invisible.
El antiguo coro de la capilla acoge ahora una gran isla de cocina. La base está hecha de MDF pero «completamente revestida en bronce proyectado: una técnica que nunca se había utilizado antes con este propósito». Sobre el muro posterior, se ha colocado una estructura con forma de cruz, que funciona como un tabernáculo donde se disponen utensilios y pequeños electrodomésticos. Una curiosa composición que realiza un irónico guiño al carácter litúrgico del lugar.
En las oficinas, la iluminación se ha trabajado sobre una pared de manera continua y sutil, como si fuera un techo. Por el contrario, para la capilla, se eligieron lámparas de suspensión.
En términos de sostenibilidad, el viejo y mal aislado edificio cuenta con calefacción radiante en toda la planta baja (funcionando con una caldera de condensación a gas), mientras que las cajas están equipadas con bomba de agua y ventilación.
LAS IMÁGENES:
FICHA TÉCNICA:
- Proyecto: The Waterdog (oficina de Klaararchitectuur).
- Ubicación: Breendonkstraat 41, 3800 Sint-Truiden, Bélgica.
- Completado: 2016.
- Autor: Klaararchitectuur.
- Mobiliario: MDF Italia.
- Iluminación: Flos.
- Fotografías 1-9: Toon Grobet.
- Fotografías 10-17: Valerie Clarysse (Beeldpunt).
PLANIMETRÍA:
Planta baja
Primera planta
Segunda planta
Tercera planta
Sección
Alzado
Sección
Estructura de las cajas
SOBRE KLAARCHITEKTUUR:
Gregory Nijs (Sint-Truiden, 1973) estudió arquitectura en el Provinciaal Hoger Architectuurinstituut (Diepenbeek, Bélgica), ahora University Hasselt, donde se graduó en 1997. Entre 1997-2001 fue aprendiz y arquitecto en el despacho de Bernard Lefever, en Hoeilaart (Bélgica).
Desde 2010, Gregory es propietario del estudio Klaarchitectuur con sede en Limburg, donde se llevan a cabo proyectos de casas privadas, interiores, construcción de apartamentos y construcciones industriales. El despacho se esfuerza por crear agradables ambientes para sus clientes, a través de una arquitectura contemporánea cuidadosamente diseñada.
Para la coordinación y la gestión, Gregory confía ciegamente en Nadia Jottard quien, gracias a su relación personal, sentido comercial y visión realista, forma un fuerte tándem con su marido.
Información e imágenes facilitadas por el estudio
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