Kim Colin y Sam Hecht, fundadores de Industrial Facility. Fotografía: Christoph Mack
INDUSTRIAL FACILITY:
El pasado 20 de octubre, Kim Colin y Sam Hecht, fundadores de Industrial Facility, fueron invitados a la galería de Santa & Cole, en Barcelona, para presentar la nueva lámpara de suspensión Vaso, diseñada por ellos para la firma, y la exposición «Spare Parts» (Piezas Sueltas) -comisariada por los diseñadores- en la que se exponía una selección de piezas y partes terminadas que revelan el cuidado y atención de Industrial Facility a los materiales y las soluciones estructurales. A raíz de este encuentro, surgió esta entrevista.
La arquitecta Kim Colin (nacida en Los Ángeles) y el diseñador industrial Sam Hecht (nacido en Londres) fundaron, en 2002, Industrial Facility, un estudio de diseño con sede en la capital londinense que, con 20 años de recorrido, ha trabajado con numerosas empresas de todo el mundo como: Established & Sons, MUJI, Epson, Yamaha, Herman Miller, Emeco, Mattiazzi, Wästberg y Santa & Cole, entre otras.
Un amplio abanico de productos funcionales, simples y bellos
En su larga trayectoria profesional, Colin y Hecht han diseñado una gran variedad de productos que abarcan desde relojes hasta un piano para Yamaha, pasando por mobiliario, iluminación, teléfonos, cafeteras, artículos de papelería y utensilios de cocina.
A la hora de realizar su trabajo, el estudio se caracteriza por poner el foco en la eficacia y la simplicidad de uso de sus productos. En sus diseños, no intentan producir algo diferente, sino algo que mejore las cosas con las que vivimos, adaptándose al contexto y a la realidad de cada momento. En todos sus proyectos, la utilidad del producto es lo que marca su significado, el propósito y la belleza de su diseño.
Future Facility y el Internet de las cosas
En 2016, Kim Colin y Sam Hecht crearon un nuevo departamento denominado Future Facility que se ocupa del diseño de Internet de las cosas.
Ambos diseñadores han sido galardonados con el Royal Designers for Industry, una distinción que otorga la Royal Society of Arts por haber alcanzado la “excelencia de diseño sostenida, trabajo de valor estético y beneficio significativo para la sociedad». Además, han recibido más de 50 premios, incluyendo cinco iF Hannover Gold Awards, el Furniture Design of the Year (Diseño de mueble del año), por el mobiliario del Design Museum de Londres, y el Elle Deco Best Design, respectivamente. En 2022, fueron elegidos “Diseñadores del año” por la revista Monocle.
Presentes en colecciones permantes de todo el mundo
Las obras de Industrial Facility pueden encontrarse en colecciones permanentes en todo el mundo, incluidos el Cooper Hewitt y el Museo de Arte Moderno de Nueva York; el Museo de Arte Moderno de San Francisco; el Instituto de Arte de Chicago; el Centro Pompidou, París; el Victoria and Albert Museum y Design Museum, ambos en Londres; y el Museo del Diseño de Helsinki.
Sistema modular Palco para Kristalia
LA ENTREVISTA:
- ¿Cómo os conocisteis Sam y tú? ¿Recuerdas el primer producto que diseñasteis juntos?
Sam y yo nos encontramos por casualidad en el London Design Museum. Empezamos a hablar sobre algunas impresoras caseras diseñadas para Epson. En ese momento, no sabía que Sam era uno de los diseñadores que estaban exponiendo cuando me preguntó qué pensaba de los diseños que tenía delante. Elegí la impresora de Sam para comentar y mantuvimos nuestra primera conversación profunda sobre diseño, la mejor que había tenido desde que llegué a Londres. Fue un muy buen comienzo.
Los primeros proyectos en los que trabajamos juntos fueron para MUJI, nuestro primer cliente. Descubrimos que podíamos hablar y escribir muy bien sobre diseño, que mi conocimiento sobre arquitectura y el suyo sobre producto creaban debates muy holísticos, prácticos y teóricos. Los primeros proyectos especulativos, una vez que formamos el estudio, nos permitieron aprovechar la tecnología existente o emergente para encontrar una nueva aplicación cotidiana. Fue con estos con los que nos comprometimos, buscando un equilibrio que todavía hoy nos esforzamos en encontrar.
- ¿En qué basáis el desarrollo de un diseño?
Nuestra experiencia supone que confiamos en nuestros instintos, por lo que a veces una idea puede surgir rápidamente, pero «el objeto» debe ser capaz de contener mucho, ser una gran idea en general, no solo de forma egoísta sobre su propio propósito, sino también considerar cómo se hará, se encontrará, se vivirá con ella, se tratará con el tiempo, etc. El desarrollo de un diseño no trata solo de evolucionar en los detalles de cara a la ingeniería y a la fabricación, sino que también surgen preguntas que ponen a prueba la relevancia del proyecto para la empresa y, más ampliamente, para la cultura.
Daybed de la colección Run de Emeco
- A partir del briefing de un cliente ¿Cuál es vuestro proceso creativo?
Siempre hacemos preguntas más allá de lo que el cliente nos pide y hablamos de todas las consideraciones. Como dije, nuestra colaboración se basa en largas conversaciones en el estudio sobre todos los aspectos de la vida, y cada cliente nos brinda la oportunidad de materializar una idea que nos atrae específicamente para un determinado aspecto de la industria.
- ¿Cómo abordáis el tema de la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente en vuestros productos?
Por supuesto, apostamos por los mejores materiales para la fabricación, pero también tenemos nuestros límites: los diseñadores rara vez pueden influir en las estructuras de distribución o suministro, y éstas son a menudo las áreas más importantes que necesitan cambios. Pero lo que diríamos es que el material rara vez es el punto de partida: la condición moderna y cómo queremos “ser” es el punto de partida.
Durante mucho tiempo, hemos dicho que los productos deben estar diseñados para durar, para ser vividos durante mucho tiempo e, idealmente, para resistir el paso del tiempo: ésta es la solución más sostenible. Tiene que haber una muy buena razón para hacer otra silla y nosotros tenemos que encontrarla antes de emprender un proyecto.
- ¿Cómo trabajan juntos una arquitecta y un diseñador industrial? ¿Qué le aporta el uno al otro?
Somos personas muy distintas, vemos el mundo desde perspectivas muy diferentes, pero esta tensión mantiene nuestras conversaciones animadas y productivas en el esfuerzo por encontrar el equilibrio. En términos generales, la arquitectura es inherentemente más contextual, considera no solo el objeto (edificio) sino también el entorno y su significado como producción cultural. El diseño industrial se centra en los detalles del objeto en sí y exige una habilidad muy fina, pero históricamente ha servido al comercio más que a la cultura. Decimos que una es una visión «macro» del mundo, la otra es más «micro». El tira y afloja de ambas escalas es lo que ponemos sobre la mesa en un proyecto.
- De la amplia gama de productos que habéis diseñado ¿cuál o cuáles han sido los que han planteado un mayor reto?
Cada uno tiene sus propios desafíos. En este momento, estamos trabajando en algunas nuevas tecnologías y el desafío específico es que estamos realizando productos y servicios que nunca antes habían existido. ¿Cómo arraigamos lo desconocido a las cosas que nos son familiares? Éste es un trabajo de cara al futuro que es muy emocionante.
- ¿En qué forma influyen las tendencias en vuestros productos?
Me gustaría decir que las tendencias no son a lo que le prestamos atención. Obviamente, estamos viviendo en este tiempo y lugar, y somos conscientes de los cambios culturales como todos los demás. Pero no creemos que el futuro esté hecho de tendencias… así que cuando investigamos para especular sobre el futuro, estamos desarrollando una lógica o un sistema de pensamiento que, por supuesto, puede cambiar, pero también puede tener una dirección y un momento. Es como estar en un proceso de descubrimiento sobre cómo podemos vivir y convivir con las cosas.
- En 2016, catorce años después de fundar Industrial Facility, creasteis un nuevo departamento llamado Future Facility ¿Nos podéis explicar qué hacéis en él?
Future Facility se formó para hacer frente al creciente mundo de los productos en red. Le dimos otro nombre para articular que trabajamos en proyectos especulativos y conceptuales, que no necesariamente están destinados a la producción. Siempre hemos hecho este tipo de proyectos, pero nuestra capacidad para hablar de ellos se vio obstaculizada por la confidencialidad que exigen la mayoría de este tipo de proyectos. La mayor parte de lo que hace Future Facility sigue siendo confidencial, sin embargo, ahora, tenemos un mecanismo para poder describir el tipo de trabajo que hacemos en esta área.
Taburete y silla Soft Fronda para Mattiazzi
- El pasado octubre, presentasteis en Barcelona la lámpara de suspensión Vaso que habéis diseñado para la firma Santa & Cole. ¿Es la primera empresa española con la que habéis colaborado?
¡Sí! Ha sido un placer, todo el proceso. Siempre hemos apreciado a Santa & Cole: el cuidado que tienen con lo que eligen producir, con quién trabajan y cómo se fabrican sus productos. Apreciamos el tiempo que conlleva seguir este tipo de atención durante todo el proceso. Esta atención se hace visible en los productos terminados que están aquí para ser vividos y durar.
Tomó tiempo lograr que Vaso fuera perfecto para interiores (originalmente, se encargó como una lámpara para exteriores). Santa & Cole tiene mucho cuidado en cada paso, diseño, desarrollo, ingeniería, pruebas y, finalmente, lanzamiento. Quieren tener lámparas que sigan siendo bellas y relevantes durante mucho tiempo. Los fundadores son líderes culturales en su compromiso.
Para nosotros, los productos de Santa & Cole tienen una ligereza táctil. Sus productos no son pesados. Los productos son sutiles, pero con carácter. Esto es algo en lo que se esfuerza Industrial Facility.
- Teniendo en cuenta vuestra trayectoria como docentes, ¿hacia dónde creéis que tenderán las nuevas generaciones de diseñadores de producto?
Ambos somos profesores comprometidos, sentimos profundamente la responsabilidad de hacerlo. Doy clases en la Maestría en Diseño de Producto de la ÉCAL. La generación más joven está más preocupada por hacer lo «correcto» y, a veces, esto puede dificultar su experimentación. Creo que, de alguna manera, esto es una pérdida, porque el espíritu de diseño debe estar muy vivo con el deseo de mejorar las cosas, idealmente sin tanto miedo a dar un paso en falso.
Aprendemos mucho de los errores. Pero muchos clientes nos han dicho que los recién graduados saben muy poco sobre la realidad de hacer las cosas y esto les dificulta para hacer posible cosas nuevas. Así que veo una gran división entre los diseñadores más “prácticos” y los soñadores. Lo ideal sería integrar un poco de cada cualidad para lograr el tipo de equilibrio que hace posible los buenos proyectos. No comentaré más acerca de las personas que se guían tanto por la imagen que terminan sirviendo a empresas que también se guían predominantemente por la imagen. Eso no es buen diseño.
Colección Run, primera colaboración de Industrial Facility y Emeco
Retrato facilitado por Kim Colin. Resto de imágenes, en la web de Industrial Facility
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