Elena y Esther Castaño-López. Retrato: Rafa Molina / IIMAGO Contenido Visual
SANCAL:
La historia de Sancal comenzó en 1973, cuando Santiago Castaño decidió transformar un garaje, ubicado en Yecla (Murcia), en un pequeño taller de tapicería. Con Castaño como diseñador exclusivo de Sancal, la empresa se especializó en tapizados modulares, utilizando un ingenioso conjunto de módulos independientes con el que se podían crear infinitas composiciones, transformando así los espacios domésticos con sistemas modulares.
La década de los ’90 fue clave para la evolución de esta empresa familiar. En ese momento, Sancal se abrió a colaboraciones externas con diseñadores industriales e interioristas que fueron esenciales para la evolución de la compañía. Nombres como Miguel Milá, Gemma Bernal y JJ Belda, firmaron los primeros diseños de autor, lo que generó en Sancal un cambio en la forma de entender el diseño y se inició una nueva etapa. A partir de este momento, la colaboración con diseñadores freelance pasó de ser algo ocasional a una forma de trabajo habitual.
El diseño, misión fundamental de la empresa
En 2007, se incorpora la segunda generación a la dirección de la empresa. Esther (la hija mayor de Santiago) asume el cargo de CEO y directora creativa y, más tarde, su hermana Elena recoge el testigo de la dirección artística. Con su incorporación, la forma de entender el diseño cambia y se vuelve más emocional, hedonista y extrovertida. Ambas hermanas refundan la estrategia y hacen del diseño la misión fundamental de la empresa, una muestra de ello es la colaboración con diseñadores como: Toyo Ito, Karim Rashid, Nadadora, Estudihac, Luis Eslava, Ionna Vautrin, Sebastian Herkner, Note (design studio) o MUT Design Studio, entre otros.
Este año, Sancal ha sido galardonada con el Premio Nacional de Diseño 2024, en la modalidad de Diseño y Empresa, por «cincuenta años de trayectoria empresarial guiados por el nuevo concepto de ‘producto feliz’, como referencia a un mobiliario cuidado, fruto de un proyecto concebido con dedicación, creatividad, riesgo e innovación, que ha conseguido estar presente en más de noventa países y ofrecer al mundo la mejor versión del diseño pensado, creado y realizado en España y en el que la memoria, con un claro arraigo local, es también generadora de ilusión y belleza». Lo que empezó siendo un pequeño taller de tapicería, es hoy un referente internacional en diseño de mobiliario.
Sonríe, rompe moldes y sé feliz
Entrevistamos a las hermanas Elena y Esther Castaño-López para que nos expliquen la trayectoria de esta empresa familiar y cómo influyó su incorporación en lo que es Sancal en la actualidad, una marca de mobiliario con un estilo propio alejado del convencionalismo, atemporal y ecléctico, cuyo lema es “Sonríe, rompe moldes y sé feliz”.
SANCAL EN INTERIORES MINIMALISTAS
La colección Canto de MUT Design Studio nació inspirada por las formas cortadas de las canteras
LA ENTREVISTA:
- ¿Cómo pasó Sancal de la fabricación de tapizados modulares a crear un estilo propio, alejado del convencionalismo, atemporal y ecléctico?
ESTHER: El diseño de sofás modulares fue un proyecto de mi padre, Santiago Castaño Carpena, inspirado en el racionalismo clásico, que tenía como objetivo maximizar la funcionalidad con la mayor simplicidad posible. Bajo este enfoque, los productos resultaban muy contemporáneos, pero con una estética algo homogeneizada. Con mi incorporación primero y, luego, con la de Elena, a esa búsqueda de funcionalidad y simplicidad le sumamos un nuevo ingrediente: la emoción. Para nosotras, además de confort y practicidad, es esencial que el mobiliario inspire, que refleje tu personalidad y que te ayude a crear espacios únicos y especiales.
- ¿Cómo habéis vivido vosotras los cambios de la empresa, primero desde una mirada infantil y después como adultas? ¿Teníais claro que continuaríais la tradición familiar?
ESTHER: Recuerdo mi infancia jugando entre las telas, construyendo casas con cajas de cartón, patinando por los pasillos… Ya de adolescente, empecé a colaborar con tareas pequeñas en la fábrica y a asistir a la Feria del Mueble de Valencia. También recuerdo ciertas celebraciones en casa y, por supuesto, algunos conflictos, ya que mis padres se llevaban el trabajo a todas partes. Todo esto me hizo pensar que conocía la empresa, que era algo importante y sacrificado. Sin embargo, nunca imaginé formar parte de ella. Por un lado, era algo que habían creado mis padres y yo quería hacer mis propias «creaciones». Por otro, no quería trabajar con la familia.
ELENA: Al igual que Esther, la fábrica era nuestro centro de juego. Siempre había mil cosas con las que crear texturas, materiales, formas… Lo recuerdo muy divertido. Se puede decir que lo viví desde muchos puntos de vista, desde la más tierna infancia hasta ahora. Y, al igual que Esther, no tenía claro continuar con la tradición familiar, aunque tampoco lo descartaba del todo. La vida da muchas vueltas y aquí estamos las dos.
La versión Mini de Elle, un diseño de Rafa García, reduce el consumo de materias primas y su sencillo sistema de desenfundado puede repararse fácilmente
- ¿Cuál es vuestra formación?
ESTHER: Para crear mi propia carrera, estudié Ciencias Políticas y Sociología, y me doctoré en Antropología Social. Trabajé durante cinco años en investigación de género aplicada a la salud pública. Era un trabajo fascinante, aunque a veces muy solitario. Cuando Santiago me ofreció el puesto de gerente en los últimos años antes de su jubilación, me di cuenta de que ya había cumplido mi ciclo con lo que había aprendido y vivido por mi cuenta. No aceptar, sin ni siquiera intentarlo, habría sido una insensatez. Me dije que, si en cinco años no veía que podía aportar algo a la empresa, volvería a la universidad. Tuve la suerte de que me dejaron dirigir la empresa a mi manera, y aunque tuve que adaptarme a algunas inercias, los cambios siempre son más duraderos cuando son paulatinos.
ELENA: Estudié Bellas Artes en Valencia y pasé un año de Erasmus en Venecia, que fue increíble para mi crecimiento personal. Después, me fui a Dublín, donde trabajé en una empresa de diseño web y mejoré mi inglés. Luego me trasladé a Barcelona, donde hice un máster en Dirección de Arte en Elisava mientras trabajaba en ilustración para ganarme la vida. Después de todo este viaje, me incorporé con entusiasmo para ver qué me proponía Esther.
- Uno de los primeros diseños de autor de Sancal fue la butaca Letargo (1997), del recién desaparecido diseñador Miguel Milá. ¿Tuvo éxito en su momento?
ELENA: Fue una pieza muy interesante, pero lamentablemente no tuvo el éxito esperado y fue descatalogada. Esto sucedió antes de nuestra incorporación y, a veces, hemos pensado en rescatarla, aunque necesitaría ciertos ajustes.
- ¿Qué significó para Sancal vuestra incorporación, en 2007, como CEO y directora de Arte?
ESTHER: Cuando llegué, me di cuenta de que no conocía realmente la empresa. Tenía una visión superficial e idealizada. Fue como una especie de «matrix» que me llevó meses entender. A partir de ahí, pude proponer nuevas acciones y tomar decisiones que, aunque arriesgadas en su momento, hoy se consideran clave. Uno de los momentos más significativos fue cómo gestioné la crisis del ladrillo. En ese momento, el mercado pedía productos más baratos con diseños cuestionables, pero me negué rotundamente. Sabía que, si no estábamos creando productos de los que pudiéramos estar orgullosas, prefería regresar a mi profesión anterior. Mantenernos firmes en nuestra esencia, mejorar la calidad y arriesgar con diseños singulares fue el germen de lo que hoy es Sancal.
ELENA: Esther me llamó y yo acudí. Hacía falta unificar conceptos y definir mejor la imagen de la marca que hoy representamos. Había mucho trabajo hecho, pero lo que más necesitaba la empresa era cohesionar toda su narrativa. Aunque nos gusta ser una empresa camaleónica, también creemos que todo debe tener un hilo conductor.
Las mesas y mesitas Pion, de la diseñadora francesa Ionna Vautrin, se han convertido en uno de los grandes éxitos de Sancal
- Vuestro lema es «Sonríe, rompe moldes y sé feliz». ¿Cómo se refleja este lema en vuestros productos? ¿Qué debe transmitir un producto de Sancal?
ELENA: Nosotras somos «happy» en el sentido de ser irreverentes e impulsivas, y eso queda plasmado en Sancal. Creo que le da frescura. Pero, quizás te refieras a otro tipo de felicidad.
ESTHER: No nos gusta frivolizar con esto. Nuestro sentido de la felicidad no es idealista ni irreal. Nuestro lema invita a ser inconformista y a buscar la felicidad haciendo las cosas con cariño y de la mejor manera posible según tus propios criterios. Es como construir un mundo a tu medida, sin que importe mucho lo que los demás hagan. Invitamos a ser libre pensante. Elegimos nuevos diseños desde la intuición, enfocadas en lo que nos gusta, sin analizar demasiado las modas.
- Colaboráis con diseñadores de las más variadas procedencias, estilos y lenguajes estéticos, cuyos productos conviven en armonía en un mismo catálogo. ¿Cómo escogéis a los diseñadores? ¿Aun siendo muy distintos, tienen todos algún denominador común?
ELENA: El denominador común es que haya buen feeling. Después, dependiendo del estudio y su enfoque, derivamos los productos.
- Seguís confeccionando muchos de vuestros productos de forma manual. ¿Las manos de un profesional de la tapicería son irremplazables por una máquina?
ELENA: Totalmente. La tapicería es un arte muy artesanal y la destreza de unas manos expertas es fundamental para lograr un resultado óptimo.
- ¿Cuál ha sido el producto más exitoso de la historia de Sancal? ¿Por qué?
ESTHER: El primer superventas fue una butaca de tocador diseñada por Santiago, que permitió que el pequeño taller despegara. Luego, fue reinterpretada por Note Design Studio con la Tonella, que volvió a ser un superventas. El sofá Eleva fue un éxito a principios de los 2000 porque representaba el arquetipo del sofá, pero con dimensiones innovadoras. Después, la silla Tea y, más recientemente, la Tonella, el sillón Remnant y las mesas Pion, que combinan carácter, riesgo y funcionalidad, se han convertido en los más vendidos.
En Roll, el estudio valenciano MUT redujo la forma tradicional de una silla a dos elementos: cuatro tubos de acero y dos cilindros que sirven de asiento y respaldo
- Exportáis a más de 90 países. ¿Qué acogida tienen vuestros productos en el mercado internacional?
ESTHER: Para nosotros, el diseño ha sido siempre el motor que ha impulsado la evolución y consolidación de Sancal. En los últimos años, nos hemos enfocado en diversificar nuestros productos y adoptar una visión más holística del diseño, lo que nos ha permitido posicionarnos fuertemente a nivel internacional. Nuestra presencia en Milán desde 2009 y la colaboración con reconocidos diseñadores internacionales nos ha ayudado a potenciar la imagen de empresa global, lo que nos ha abierto la puerta a trabajar con una comunidad de arquitectos e interioristas de todo el mundo.
Apostar por la creatividad, la innovación y la calidad como pilares fundamentales de nuestra identidad ha sido clave para mantenernos competitivos, expandirnos en mercados clave como Italia y Escandinavia, donde existe una gran cultura del diseño, así como en Asia, que se ha convertido en un receptor y admirador del diseño europeo. Indudablemente, esto nos ha permitido consolidarnos en los mercados internacionales.
- Sois responsables de la dirección artística de la firma a través de Estudio Sancal. ¿Nos podéis explicar en qué consiste Estudio Sancal? ¿Qué funciones tiene?
ESTHER: Estudio Sancal es el nombre del equipo encargado de gestionar la estrategia de diseño. Elena y yo lo lideramos y coordinamos la línea editorial de la empresa. A veces, diseñamos productos junto a nuestro primo Toni J. Castaño o Rafa García, quienes se encargan del desarrollo de nuevos productos. Pero principalmente, coordinamos el trabajo de diseñadores externos y cómo se presentan los productos, ya sea en el catálogo, las sesiones de fotos, los stands de ferias, la web o las redes sociales.
- Sancal ha ganado el Premio Nacional de Diseño 2024 en la modalidad de “Diseño y Empresa” ¿Qué ha significado este galardón para la empresa?
ELENA: Ha sido una gran satisfacción, especialmente por ver reconocido el esfuerzo diario de todo el equipo. Aunque Esther y yo lideramos la estrategia de diseño, sin el saber hacer de la oficina técnica, el departamento de comunicación e imagen y del personal de fábrica, nada de esto habría sido posible.
Diseñada por Isaac Piñeiro, la butaca Tortuga (en sus diferentes versiones) se convierte en una opción ideal para ambientes domésticos y contract
Imágenes: cortesía de Sancal
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